8M, la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de derechos 

Calaveras y Diablitos, por Arturo Colado ·

Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha que conmemora la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de género y sus derechos político electorales, algo que debería estar implícito en la condición humana y no sujeto a la aprobación de nadie.

La lucha, según historiadoras, dio en el siglo XVIII durante la Revolución Francesa y se visivilizó a nivel internacional en 1857 durante la huelga de las «garment workers» en Nueva York, donde trabajadoras de la industria textil pedían igualdad salarial y condiciones más dignas para realizar su labor. También en la ciudad de los rascacielos, pero en 1908, tras el hartazgo que generó más de 50 años de maltratos y abusos desde la primera huelga; 15 mil mujeres salieron a las calles gritando consignas como «Pan y Rosas», exigiendo un salario digno, la disminución de las jornadas laborales a 10 horas (ya que trabajaban hasta 14 horas y aún debían «cumplir» con maternar, el cuidado del hogar y la atención de un esposo del que nula ayuda podían esperar) y el cese al trabajo infantil. Para 1909 la conmemoración de esta lucha ya era agenda en todo el territorio gringo, sin embargo poco o nada se había avanzado en torno a la obtención de sus derechos, fue entonces cuando el heteropatriarcado reviró el golpe, dejando a 129 mujeres calcinadas durante una huelga en la fábrica «Cotton Textile Factory», tras un incendio provocado por los propios dueños y del que se presume fue el 8 de Marzo, principal razón para entender por qué no es una celebración sino un día de luto en el que mujeres luchadoras perdieron la vida.

Para 1910, luego de los horrorizantes sucesos de las textileras neoyorquinas, la delegada alemana Clara Zetkin, propone establecer el 8 de marzo como «Día Internacional de la Mujer Trabajadora y Proletaria», en honor a las primeras mujeres que iniciaron la lucha, esto durante el II Encuentro de Mujeres Socialistas en Copenhague.

En México, la lucha de los derechos humanos de las mujeres se visibilizó con la aparición en escena de Hermila Galindo, quien fuera integrante del primer Congreso Feminista de Yucatán en 1916. Hermila fue la encargada de la propaganda del gobierno Carranzista, su destreza en las letras y su inquietud por la lucha feminista la llevó a fundar la revista «Mujer Moderna», una afrenta a todas luces al tan arraigado machismo mexicano de la época revolucionaria. En 1918 en una abierta insurrección y de manera ilícita, se postuló como la primera mujer al cargo de diputada federal, lo que le valió pasar a la historia como una de las sufragistas que sentó las bases para lograr el derecho al voto de la mujer, el cual llegó hasta 1958.

En Chiapas nombres como el de Fidelia Brindis Camacho y Florinda Lazos León, están profundamente ligados a la lucha feminista por la obtención del sufragio, lucha que fue reconocida por la LXVIII Legislatura del H. Congreso del Estado con la inscripción de sus nombres en letras doradas.

Actualmente, con la designación de Claudia Sheinbaum como candidata y seguramente próxima presidenta de México, las mexicanas han roto un techo de cristal que les fue impuesto desde su nacimiento.

Las chiapanecas han tenido un progreso importante, hoy ocupan espacios clave en la toma de decisiones. En el gobierno de Chiapas, la política Estatal es dirigida por Victoria Cecilia Flores Pérez desde la Secretaría de Gobierno, mientras que las arcas del Estado son conducidas por María Esther García Ruíz, actual Secretaria de Hacienda, las posiciones de mayor responsabilidad en el gabinete estatal.

El poder Legislativo también se encuentra en manos de dos féminas de gran capacidad. La presidencia de la mesa directiva del H. Congreso Local es ocupada por Sonia Catalina Álvarez, quien con su capacidad y experiencia para construir consensos ha desahogado la agenda legislativa con la aprobación de leyes en favor de las niñas, adolescentes y mujeres chiapanecas. Mientras tanto, la Junta de Coordinación Política es presidida por Flor Esponda Torres, quien ha demostrado que la juventud no está reñida con la destreza en el oficio político, aportando dinamismo y proactividad al parlamento chiapaneco.

El tiempo de las mujeres ya no es solo un discurso electorero, sino el resultado de una lucha histórica que se ha escrito con lágrimas, sudor y lamentablemente, la sangre de muchas.

Como hombres heteroformados, debemos entender que las mujeres aún continúan viviendo en un mundo violento y hostil que continúa regido por el patriarcado y en el cual, a más de 150 años, siguen en pie de lucha por la obtención de la igualdad de derechos, condiciones y oportunidades, algo que como dije anteriormente, debería de estar implícito en la condición humana.

Es claro que la lucha y la sangre derramada ha sido la de ellas, por lo que los logros alcanzados también lo son. Para ser un aliado empático, es preciso entender las conductas lascivas y machistas que aún están enclavadas en nuestra sociedad, deconstruirnos y no pasar la estafeta de algo que a todas luces a sumido a nuestras mujeres en un desespero que las a obligado tomar las calles de manera reaccionaria a una violencia que cobra la vida de 12 mujeres al día tan sólo en México.

El 8M es una fecha inscrita en la historia con la sangre de muchas, hay poco celebrar, mucho que reflexionar y mucho más que hacer como sociedad para que las mujeres alcancen aquello que es su derecho de nacimiento, la igualdad entre hombres y mujeres

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