Urge llevar el maltrato animal al Código Penal en Chiapas

En la Mira

HÉCTOR ESTRADA

Ha pasado más de un año desde que las imágenes de “Canela”, la perrita localizada colgada de una ventana en Tuxtla Gutiérrez, inundaran de indignación las redes sociales y hasta el momento no ha habido nada formal para hacer frente al maltrato animal en Chiapas. Así, el oportunismo legislativo, que en aquella ocasión prometió leyes de castigo y regulación, terminó diluido en el olvido de un problema que sigue igual de vigente.

Hoy la propuesta de posible solución ha sido asumida por el colectivo ciudadano “Maltrato Animal al Código Penal”, quien con sus propios recursos ha emprendido una campaña para recolectar firmas y hacer lo que el Congreso de Chiapas ha decidido ignorar por completo: presentar una iniciativa de ley que finalmente establezca sanciones penales contra el maltrato animal en la entidad chiapaneca, especialmente en lo que se refiere a la fauna doméstica.

El asunto tiene relevancia mucho más allá de sus efectos en la salud pública, con la proliferación de perros o gatos en condición de calle. Durante años se ha catalogado como un tema de simple riesgo sanitario o control de “fauna urbana”, afrontando la situación con campañas de captura y exterminio, sin atacar el fondo como un problema de origen humano.

Y es que, los perros o gatos en condición de calle no se generan o propagan de la nada. En todos los casos tienen su origen en la irresponsabilidad humana. Son mascotas o descendientes de mascotas que en algún momento fueron adquiridas por personas, para luego desentenderse de ellas y echarlos a la calle, propiciando una larga descendencia de fauna urbana callejera.

Se trata pues de un comportamiento, culturalmente arraigado en México, de indiferencia o normalización al maltrato de animales domésticos que afortunadamente con el paso de las generaciones ha ido cambiando, pero que sigue muy presente en expresiones de crueldad desconcertante, que continúan ocurriendo sin el mayor remordimiento o castigo.

Lamentablemente México no sólo se ha convertido en un referente mundial en lo que respecta al maltrato y violación hacia los derechos humanos, sino también de los animales domésticos. El maltrato, el abandono, la tortura o la muerte de animales es una historia recurrente en la vida de nuestro país.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México es el tercer país en el mundo con mayor número de registros de animales maltratados. Año con año mueren más de 60,000 animales domésticos por prácticas de crueldad humana.

Aunque parezca increíble y poco se diga al respecto, los casos más recurrentes de crueldad animal en nuestro país tienen que ver con violación, abuso sexual, tortura, lesiones, abandono y muerte. Anualmente, la SEMARNAT recibe más de 4 mil 200 animales de los cuales la mayoría han sufrido alguna especie de maltrato; el 64% son perros (de los cuales 25% son de la raza pitbull), 18% son gatos y el restante corresponde a otro tipo de animales como vacas, caballos, cerdos, etc.

México tiene alrededor de 18 millones de perros de los cuales sólo el 30% tienen dueño, mientras el resto se encuentran desamparados en las calles de las principales zonas urbanas. Del total de esta población, siete de cada diez perros son víctimas del maltrato, de acuerdo a datos del Centro de Adopción y Rescate Animal. Indignantemente, más del 50 por ciento de las heridas, laceraciones y golpes contundentes registradas en estos animales domésticos son hechas de manera intencional.

El maltrato animal no solamente superficial pues tiene una estrecha relación con la violencia familiar. De acuerdo con un estudio realizado por la organización Human Society, la mayoría de las personas que maltratan animales tienen también antecedentes de agredir violentamente a un integrante de su familia. Como ejemplo, el año pasado en Estados Unidos se reportaron 2 millones 168 mil casos de personas agredidas por su pareja, de los cuales, el 71% contaba previamente con denuncias de abuso o maltrato a sus mascotas. Lamentablemente en México, por la falta de leyes penales regulatorias, esta comparativa es inexistente.

Actualmente para que el colectivo ciudadano Maltrato Animal al Código Penal pueda llevar la iniciativa de ley al Congreso de Chiapas requiere de al menos 30 mil firmas, como establece la ley. Ha logrado recabar 15 mil, pero el trecho aún es bastante largo.  Necesita de voluntarios, voluntades y la participación ciudadana para llevar la problemática a un marco legal que atienda de una vez por todas un asunto de humanidad y conciencia colectiva que no puede seguir en la impunidad de la indiferencia legislativa… así las cosas.

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