Todos vienen de lo mismo que cuestionan

Tubo de Ensayo, por René Delios ·

No es la primera vez que me asomo al tema tremendo de la delincuencia y sus consecuencias dañinas para la sociedad. No es tampoco la primera vez que me sorprende el morbo mediático que de esto deriva, que no es otra que la explotación por parte de los medios -generalmente electrónicos-, de los hechos de sangre aprovechando el morbo de nuestro pueblo, en aras de tenerlos enchufados a un canal u onda hertziana mientras los hacen ver y oír chucherías publicitarias.

A esos medios, en el afán de lucro, no les importa el daño en imagen que le pueden generar a una localidad o a una entidad o a un país, como sucedió hace doce años cuando México padeció las consecuencias del amarillismo internacional con que actúa la Organización Mundial de la Salud, aquella vez con el tema de la influenza humana, sin medir el impacto en el turismo mundial -en año de crisis orbi- que dejó de venir al país, generando el despido de 87 mil empleados -40 mil tan sólo en Cancún-, por la boca fácil de ese organismo -que hizo más daño que la influenza misma-, que señaló que en México había pandemia de esa cosa y no era – ni fue- para tanto.

Igual -y desde el gobierno mismo-, hace casi tres décadas, el gobierno federal perjudicó a la entidad con aquella publicidad negativa que desplegó buscando desprestigiar el alzamiento indígena en Chiapas, y costó mucho trabajo cambiar la visión que sobre la entidad se gestó en el mundo turístico y empresarial, para que vinieran de visita e incluso a invertir, esto último aún muy difícil.

Así que por ese excesivo morbo amarillista en los medios algunas instituciones optan por dar la información de que se trate, hasta que tenga todos los datos precisos, en especial en materia de delitos mediáticos como los feminicidios, no pocos tomados como bandera por organismos o personas de la política, capturando imagen aprovechando la indignación popular.

Esto lo padece ahora Oaxaca que en lo que va del mes registra ocho feminicidios que empieza a ser bandera de algunos grupos activistas, como lo fue el caso de los dos homicidios de periodistas en Tijuana, en menos de una semana, deslizando el ocurrido en la misma en Veracruz, cuando en esa entidad terrible se acumula el mayor número de periodistas asesinados en el país.

Hoy en el gobierno saben que no tiene caso censurar o dilatar demasiado la información, pero a controversia hace mucho daño en las pesquisas, pues ya hemos visto lo que genera la especulación popular que inventa lo que no es, o las llamadas redes sociales con sus millones de portadores de la verdad, algunos de ellos con el afán de descargar sus resentimientos políticos más recalcitrantes, sin medir el daño social que en verdad generan con sus versiones más incendiarias que verídicas.

Porque cuando es la verdad, ni hablar.

Aun los indicadores, como lo son los números de empleos e inversiones aún la pandemia, en México no hay avances: “…vamos mal, y punto”, como me externó un usuario de redes a un texto cuestionando que los que hoy lloran son los que empezaron todo lo malo en este país.

O sea que los reaccionarios de hoy, se comportan como los radicales de ayer.

Así, lo malo de ahora supera a lo bueno que se haga, es más de ruido, y desde luego, minimizan la imagen del jefe del ejecutivo mientras en el exterior se fortalece -que debería ser bueno, pero como es López, eso es mentira-, y gracias a que se tuvo el varo -sin préstamo de por medio- para pagar, México logró ser la primera nación latina en contar con fármacos y desde luego, con la posibilidad de tener todas las dosis para su población, a grado tal que hay hasta que insistirle a la terquedad, que se vacunen.

Y es neta.

Pero eso no es de reconocer, como tampoco la estabilidad del peso ante la pandemia -por primera vez en sexenios, puede que no sea devaluado, y si eso no es indicativo de una economía boyante, al menos sí sana-, lo que no permitió la inflación descoyuntada que vive Argentina e incluso Brasil, pero cuestionan la mexicana, porque no hay de otra: es lo que tienen para tirar cicuta.

Destacan que cayó el empleo, el nivel de vida de los mexicanos y súmele, pues se trata de desprestigiar, buscando según esto, dejar en claro que Morena es de lo peor y que México se hunde cuando, como hará sexenios, se da una inversión exterior directa.

No sé porque creen que en Morena está lo peor si casi todos vienen de lo mismo que cuestionan: PRI, PAN, PRD: son la misma vaina.

¿O creen eso de una nueva clase política, honesta, transparente, comprometida como dice AMLO?

¡Ja!

Eso no pasa ni en las mejores democracias, y México no está enlistada entre esas, así que solo mencionar eso es demagogia.

Pero otra cosa es no reconocer los logros, y exagerar con desaciertos, tratando de desvirtuar gobiernos; así siempre ha sido en México; otrora se le hizo eso al PRI, ahora a Morena: decir que en Chiapas la delincuencia hace lo que quiere cuando no es cierto, y menso que se padezcan índices delictivos a nivel Culiacán o Acapulco, todo con el afán de minimizar el reconocimiento de la secretaria de seguridad federal por eso -al igual que a Yucatán, gobernado por el PAN-, pues si bien hay crimen organizado, narcos, ladronzuelos, pero Chiapas se mantiene como una de las entidades más seguras de México, y no lo reconocen.

Para muchos adversarios del régimen local, la entidad es comparable con Veracruz cuando ni al caso.

Pero bueno, precisarle a los reaccionarios en la oposición, es como antes pasaba con los radicales ante el entonces PRI-gobierno.

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