¿Serán necesarios los informes de gobierno con toda la parafernalia que representan?

Tubo de Ensayo, por René Delios ·

Esos informes aún no gozan de la credibilidad popular, y hay entidades en las que no escatiman en gastos como en el siglo pasado, y ponen al gobernante como el pro hombre, y desde luego aparecen los arribistas con sus movilizaciones solidarias, y ya la saben.

Entendemos que otrora esos informes estatales servían para dar a conocer a los invitados el resultado de un año de labores, los avances, logros y proyectos para el año siguiente, o lo que resta de los sexenios, y resulta que, más que la verdad, la base social no los escucha o ve con interés, sea el caso urbano o rural.

Visto de otra forma, en esa parafernalia -eso sí- conviven políticos, funcionarios y en pequeña porción, la población, pues generalmente los recintos oficiales se abarrotan principalmente de clase política, en la que los invitados especiales forman parte del capital político del informante, especialmente los gobernadores de otras entidades, incluso de distintas siglas políticas al anfitrión.

¿Cuántos informes se dan al año?

¡Miles!

Hay más de dos mil 400 municipios en México, y cada uno de su informe a su modo, y todos, sin excepción, cuestan, y al final de cuentas no nos dicen nada, pues el supuesto progreso no se nota, no se refleja en la calidad de vida de la ciudadanía.

Tan solo en Chiapas hay un gobernador, 122 alcaldes, 40 diputados locales, como 15 federales, un buen de organismos autónomos, con su presidente que informa ¡coño! y merecen acarreados, presencia, aplausos y eso -repito- cuesta.

Con todo eso ¿Qué sabemos del intríngulis actual?

La verdad nada.

Solo vemos que, hay adelantados para todo: al gobierno de la entidad, a los gobiernos municipales; ya hay los que están trabajando para al diputación federal o local, una regiduría en lo mínimo, pero eso sí, todos hablan de democracia, de la justicia social, de la transparencia.

¿Se puede hablar de democracia en este escenario de campañas anticipadas?

Porque es evidente que lo son; es clara la intención de los exponentes, tanto para la primera magistratura del país, como para la gubernatura de la entidad.

¿A quiénes nos referimos?

Pues a Claudia, Marcelo, Adán, Ricardo para la federal, y a Zoé, Eduardo, Plácido y hasta a Sasil, en el ciclorama estatal.

Desde luego que me refiero a las candidaturas de Morena.

Y así, en lo que vemos escucharemos pronto informes de los gobernantes, enésimos mensajes de progreso, prosperidad: “vamos bien”, dice AMLO; “avanzamos” dice Rutilio, “caminamos” dicen los alcaldes en medio de tantos rezagos sociales, difíciles de solucionar en éste y los siguientes sexenios.

Y en ese sentido ¿Qué pueden ofrecer los aspirantes al gobierno de México, de Chiapas, de Tuxtla?

Deberían hablar con verdad en sus adelantadas campañas, pues esto no es de personas, de alcanzar un cargo, sino de contar con lo necesario que permita un desarrollo integral, lejos de ese criterio que tanto daño le hizo a la entidad: “pónganme a dónde hay”.

Y saquearon las arcas, los programas, los proyectos, durante sexenios y lo peor: no hay responsables.

Chiapas es consecuencia de malos gobiernos ¿Ni modos que no?

Pero bueno, ahí tienen a los aspirantes; todos se dicen idóneos.

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