Javier Domínguez
21 de febrero de 2025, Tuxtla Gutiérrez.– La crisis migratoria en Chiapas se intensifica con el incremento de revisiones y detenciones de personas en movilidad en diversas zonas del estado, como Comitán, San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez. Este operativo forma parte del despliegue de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), según reportes del Colectivo de Monitoreo-Frontera Sur.
Dicha organización, integrada por 19 redes y grupos de la sociedad civil en Chiapas, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Ciudad de México, trabaja desde 2018 en la documentación y denuncia de la situación migratoria en la región. Su objetivo es la defensa de los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas en México.
En su informe más reciente, el colectivo destacó que el cierre de la aplicación CBP One por parte del gobierno de Estados Unidos, tras la toma de protesta de Donald Trump, ha generado incertidumbre entre los migrantes varados en el sur, centro y norte de México. Esta aplicación permitía solicitar asilo en territorio estadounidense, y su cancelación ha provocado un desgaste emocional significativo entre quienes buscan protección internacional.
En la zona costera de Chiapas, cientos de personas acampan a las afueras de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) en espera de ser trasladadas en autobuses. Sin embargo, desde diciembre pasado, el personal del INM dejó de utilizar listas de espera y ahora sube a los autobuses a quienes tienen cita confirmada en CBP One.
Otro punto crítico identificado por las organizaciones es la entrega de personas venezolanas en la comunidad de Viva México, desde donde son trasladadas a Tuxtla Gutiérrez. Ahí, el INM les otorga documentos para transitar por el país.
Chiapas sigue siendo un punto neurálgico en la crisis migratoria, recibiendo a miles de personas de distintas nacionalidades. Con el endurecimiento de políticas migratorias y las deportaciones masivas, la situación en la región podría volverse aún más compleja en los próximos años.