REMOCIÓN de las minas de tierra protege a las personas y ayuda a los hábitats

La guerra de liberación de Zimbabue terminó en 1979, pero para el ganadero Elvis Chauke, el peligro persiste. Chauke pastorea animales cerca de un campo de minas en la frontera sudeste de Zimbabue. Ha perdido ganado y teme por la seguridad de sus hijos.

Las operaciones de remoción de minas apoyadas por Estados Unidos en zonas cercanas al pueblo zimbabuense de Chilotlela permiten a Chauke respirar más tranquilo.

“Aunque se les ha educado para que se mantengan alejados del campo de minas, y no hemos tenido ningún accidente humano en años, con los niños nunca se sabe”, afirma Chauke en el 22 º informe “To Walk the Earth in Safety” (Caminar por la tierra con seguridad, en inglés), publicado el 4 de abril por la Oficina del Departamento de Estado de Estados Unidos para Asuntos Político-Militares.

“Es un gran alivio saber que ya se ha reducido parte de la amenaza que suponían las minas cerca de Chilotlela”, añade.

En colaboración con socios internacionales, el programa del Gobierno de Estados Unidos para la destrucción de armas convencionales retira minas terrestres y otros restos de guerra explosivos en todo el mundo. La financiación estadounidense también ayuda a asegurar o destruir armas pequeñas y ligeras excedentarias o mal aseguradas para evitar que caigan en manos de delincuentes y terroristas.

La eliminación de los restos de guerra explosivos protege a las personas y despeja el camino para el desarrollo económico y la recuperación medioambiental después de un conflicto, según la secretaria adjunta de Estado de Estados Unidos para Asuntos Político-Militares Jessica Lewis.

“Una vez retiradas las mortíferas minas terrestres y eliminadas las trampas explosivas y los artefactos explosivos improvisados, los campos de trigo están listos para la cosecha”, afirma Lewis en la introducción del informe. “Los niños pueden correr a la escuela por un camino, las familias pueden volver a sus casas parcialmente destruidas y los elefantes pueden migrar por las praderas”.

Persona de rodillas, colocando vara en el terreno (Foto cedida por “The HALO Trust”)
Una persona extrae minas de tierra en Angola, en donde Estados Unidos ha apoyado esfuerzos de remoción de minas para proteger los centros de población en crecimiento y los hábitats naturales. (Foto cedida por “The HALO Trust”)

Desde 1993, Estados Unidos ha invertido más de 4.600 millones de dólares para eliminar de forma segura minas terrestres y restos explosivos de guerra en más de 120 países.

Desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre de 2022, el período cubierto en el informe, Estados Unidos invirtió más de 376 millones de dólares en esfuerzos de destrucción de armas convencionales en más de 65 países y zonas de todo el mundo. Estos esfuerzos se tradujeron en logros, incluida la destrucción de:

  • 564 minas terrestres y 9.099 artefactos o componentes explosivos improvisados.
  • 112 restos de guerra explosivos.
  • 165 excedentes de armas pequeñas y ligeras, y 3.938 toneladas métricas de munición inservible.

Los esfuerzos de destrucción de armas convencionales financiados por Estados Unidos también condujeron a la devolución segura de más de 243 millones de metros cuadrados de tierra a las comunidades.

Estados Unidos también formó a equipos de retirada de minas en Ucrania, donde la invasión a plena escala realizada por Rusia en febrero de 2022 puede haber contaminado unos 174.000 kilómetros cuadrados con minas terrestres y explosivos, según cálculos del gobierno ucraniano. Estos peligros amenazan con herir o matar a civiles, detener o retrasar la prestación de asistencia médica y otro tipo de ayuda humanitaria y de emergencia, impedir que los desplazados regresen a sus hogares y dificultar la reconstrucción. Las minas terrestres y otros restos de guerra explosivos también pueden seguir dañando a las personas, sus medios de vida y su ganado, así como la vida silvestre, décadas después de que finalice un conflicto.

En el sur de Zimbabue, donde Chauke cría ganado, las minas terrestres amenazan la vida silvestre y paralizan el turismo y el desarrollo económico. El corredor de fauna silvestre de Sengwe, que conecta el Parque Nacional de Gonarezhou en Zimbabue con el mundialmente famoso Parque Nacional Kruger en Sudáfrica, está plagado de minas terrestres y explosivos que amenazan a los elefantes, ñus y otros animales migratorios.

Estados Unidos proporcionó 3,25 millones de dólares para la limpieza de minas terrestres y la destrucción de armas en Zimbabue desde finales de 2021 hasta finales de 2022, y casi 29 millones de dólares para la destrucción de explosivos y armas en Zimbabue desde 1998.

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