Otra vez el Sistema Bancario

Ecce Hommo, por Rommel Rosas ·

El sistema bancario internacional ha puesto en jaque, en numerosas ocasiones, a la economía del mundo. Al no existir durante muchos años, otras instituciones que pudieran garantizar el ahorro de los ciudadanos, además de brindarles oportunidad de poder generar intereses, o mediante esquemas de inversión de alto o bajo riesgo y, en su caso, otorgar créditos a objeto de adquirir bienes muebles o materiales; de esta manera la banca se convirtió para muchos en “un mal necesario”, en el mundo en que vivimos.

Sólo basta recordar que la última gran crisis que vivió el mundo en 2008, fue ocasionada por la forma en que los grandes bancos, sobre todo de nuestro vecino del norte, manejaban el crédito hipotecario y, como sobre ellos se creaban bonos de inversión, lo cual hacía que la gente invirtiera su dinero, en muchas ocasiones, en una burbuja crediticia, que finalmente explotaría por la falta de pago de los acreditados. Este crisis, no sólo afecto a los bancos, sino que arrastro al sistema económico del mundo, sumergiéndonos en devaluaciones de las monedas en cada uno de los países; así como la evidenciación de que en muchos casos, la forma en cómo se otorga el crédito, no obedece precisamente a criterios de racionalidad y más bien, se da bajo supuestos poco éticos, en donde las deudas terminan convirtiéndose en impagables, y por lo mismo, se termina poniendo el riesgo el ahorro.

Ahora bien, ¿por qué se pone en riesgo el ahorro? La base del crédito que otorgan los bancos, además del capital que aportan sus principales inversores, son los ahorros de la ciudadanía; de este capital que tienen; los bancos pueden usar cierto porcentaje en el otorgamiento de créditos. Así, los ahorradores de la banca son quienes financian sustantivamente el sistema crediticio del banco, quien gana de los intereses que cobra a los que hacen uso de éste último.

Uno de los problemas comienza a radicar, cuando producto de un boom económico, como puede ser un crecimiento sostenido superior a lo esperado, o la baja en las tasas de interés; los bancos comienzas a otorgar créditos a diestra y siniestra sin una mayor investigación de las personas que solicitan, o más aún; los ciudadanos sintiendo que tenemos una capacidad adquisitiva mucho mayor y, en un mundo basado en el consumo como una forma de vida – llamémosle las apariencias de querer ser, lo que no somos – aceptamos todos los créditos que nos ofrecen, sin tener una conciencia plena de nuestra capacidad de pago y, menos aún de la necesidad de fondos contingentes en casos de una crisis económica personal.

Eso es precisamente lo que pasó en la crisis de 2008 y lo que esta volviendo a pasar en la crisis que hemos visto emerger en estos últimos días. El cierre de dos bancos en los Estados Unidos de Norteamérica, destaca el Sillicon Valley, a raíz de inversiones en bonos del tesoro del gobierno federal norteamericano basadas en las bajas tasas de interés existentes hace poco más de año y medio; al subir las tasas de intereses como consecuencia de la alta inflación, los bonos adquiridos fueron perdiendo valor y erosionaron la rentabilidad cartera del Sillicon Valley Bank, si a ello se le suma que muchos de los ahorradores del banco comenzaron a hacer retiros masivos, el banco comenzó una crisis, que parece ha contagiado al sistema mundial.

El día de ayer pasó algo similar con uno los grandes bancos del mundo el Credit Suisse, mismo que arrastro a las bolsas de valores del mundo en una tendencia negativa, así como a la pérdida de valor de las monedas frente al dólar; el peso mexicano es claro ejemplo de ello.

Pareciera que se configura lo que puede ser una crisis que vuelva a poner en jaque al sistema económico mundial, sobre todo por las probables restricciones que se pongan al acceso a créditos, la inestabilidad del sistema bancario y, finalmente, una caída en el consumo. Todo ello pudiera acarrear finalmente una caída de los, de por sí ya bajos, índices de crecimiento global; en donde, como en la mayoría de las ocasiones, los más perjudicados serán la clase media.

Seguramente nos replantearemos la necesidad de reconfigurar el sistema bancario y muchas de las Fintech actuales podrán ver oportunidades de crecimiento, ante de la desconfianza del ahorrador del sistema tradicional, sumado a la falta del otorgamiento de créditos. La lupa, no obstante, debe estar en si no volveremos a crear nuevas burbujas financiera, en donde pareciera que todo esta seguro, pero en realidad solo se llenará de aire y finalmente reventará, llevándose principalmente a sus ahorradores.

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