Lo difícil será continuar con la 4T

Análisis a Fondo, por Francisco Gómez Maza

Ricardo Monreal Ávila está satisfecho por la lucha que ha dado al interior de Morena, su partido. No lo querían. El presidente López Obrador no lo incluyó entre los prospectos para la candidatura presidencial. Además, su alejamiento del movimiento se amplió cuando votó en contra del Plab B de la reforma política propuesto por el mismísimo López Obrador.

Desde entonces, el destino del zacatecano estaba más fuera de Morena. Pero no se amilanó. Continuó su lucha por lograr estar entre los encuestables para ser el candidato de Morena en el 2024.

Y por fin, la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional le reconoció al senador su derecho a ser tomado en cuenta para seleccionar al candidato del partido lopezobradorista a la presidencia de la república y, a su vez, el senador aceptó las reglas de selección por encuestas, que aplica, por mandato de la membresía, la formación política. 

Indudablemente, quien encendió la luz verde para incluir al político zacatecano entre las “corcholatas” de López Obrador, fue éste, pues nada se mueve al interior de Morena sin su consentimiento, aunque él argumente que es miembro fundador del partido pero, siendo presidente de la república, está de licencia.

La rectificación del Presidente en torno a la inclusión de Monreal pone en igualdad de circunstancias y de derechos a los, ahora, cuatro prospectos de entre los cuales saldrá el candidato, el cual será designado por la militancia en base a la garantía que ofrezcan los aspirantes de continuar, lo más puntualmente posible, con la política del presidente López Obrador de profundizar la Cuarta Transformación de la Vida Pública Nacional, y no volver a los viejos esquemas del neoliberalismo que profundizó la gran desigualdad económica y social de la que seguirá siendo muy difícil que salga pronto la sociedad mexicana.

De los ahora ya cuatro aspirantes oficializados, en orden alfabético, sin falso lenguaje inclusivo, Ebrard Casaubón Marcelo, López Hernández Adán Augusto, Monreal Ávila Ricardo y Sheinbaum Pardo Claudia, es difícil elegir a alguien que sea copia fiel del López Obrador, cuya divisa advierte que, “para bien de todos, primero los pobres”. 

Está fuerte, está difícil de cumplir el compromiso lopezobradorista. El presidente puede ofrecer a la gente esa alternativa porque, en su experiencia política siempre ha estado del lado de los campesinos, de los trabajadores, de la gente pobre. No pierde nada si desayuna en un puesto callejero, o en una fonda de pueblo. come desde un par de huevos estrellados hasta una gordita o una quesadilla freída en harto aceite. 

Pero, los que aspiran a sucederlo en la Silla no han tenido esa experiencia popular. Son personas que pueden ser calificadas de refinadas. Quizá no de fifis. Pero ninguno de los cuatro observa el radicalismo de López Obrador. 

Tendrá que aceptar el tabasqueño que, a su sucesor o sucesora, le costará trabajo elegir a los pobres por razones ideológicas o de praxis política. Y menos por cuestiones sentimentales. Los cuatro pertenecen a la clase media acomodada, Y le darán un lugar, en sus planes de gobierno, a cada grupo, a cada clase. Pero no hay de otra. Esto de la 4 Transformación no es una revolución radical, producto de la lucha de clases. 

En la 4T permanecen como actores sociales y económicos las clases, los oligarcas al estilo de Carlos Slim, los capitalistas como los empresarios de Monterrey, los empresarios medianos y pequeños que, en realidad, son los que crean la mayoría de los puestos de trabajo, y los trabajadores y campesinos.  

Pero lo importante, por el momento, es que, como lo dijo Monreal al conocer que la dirigencia del partido le había levantado el castigo, se abrió la posibilidad de fijar “piso parejo”, reglas claras e igualitarias para la designación de quien abandere al movimiento en 2024.  

Será el partido el agente que tendrá que garantizar la continuidad del proyecto lopezobradorista de la 4T.

Así que los cuatro aspirantes tendrán que esforzarse desde ya en convencer a sus correligionarios de que son la opción correcta para representar al partido en las elecciones de julio de 2024, ganarlas, tomar posesión el primero de diciembre de ese año, y continuar con la obra que deje inconclusa López Obrador. Y reforzar la implantación de la 4T, a despecho de la desnucada oposición, que no supo ni qué pasó, y se le movió el piso al conocer la noticia de que Monreal estaba ya entre las corcholatas de Morena. Ya lo hacían su candidato presidencial.

Por lo pronto, el senador Monreal Ávila, ya reconocido como aspirante por la dirigencia nacional de Morena encabezada por Mario Delgado, aseguró que cree en las instituciones, en la ley y en el Estado de Derecho; y por eso, sin exceso ni desbordamiento de optimismo o alegría, esperará con calma que los principios constitucionales y la legalidad se observen en el proceso que viene.  

Además, el líder de la mayoría morenista en el Senado se comprometió a honrar su palabra: 

“No importa lo que suceda, lo que es necesario es cuidar a México, luchar por México; que la Constitución y la ley sean las que imperen”. 

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