La lengua no tiene hueso

Tubo de Ensayo, por René Delios ·

Ya no pierdo el tiempo con los lapidarios e intolerantes que en la idea de exhibir al otro, llaman fifí o chairo, a quienes no les aceptan sus versiones -a favor o en contra- sobre el gobierno federal o gobiernos estatales de la auto llamada 4T.

Pero parte especial sin duda, ocupan los misóginos, pues se salen de la crítica para caer con dolo en la inquina hacia las mujeres, sea quien sea -más de parte de una su igual-, y es una constante que, hasta parece pagada.

Sea la que sea, en el partido que ande, sea puesto público o de representación, por ser mujer le dan y las acusan de todo, sin que hasta la fecha, tengan material de prueba, pero tampoco, la afectada, tenga derecho de réplica que no sea aclarar en sus propias redes sociales.

Y así como entre chismosos «la lengua no tiene hueso», en las redes no hay ley -no, no la hay- que haga valer y controle el respeto al derecho y moral de terceros, y las acusaciones de todo han sido una constante, al grado tal que hasta hay una iniciativa atorada en San Lázaro para que a las mujeres en la política se les respete tal cuales, y en su caso, se les dé el derecho de réplica constitucional, pero como no hay nada a que obligue a eso en las redes, ni a respetar la moral ni la ética so pretexto de la libertad de expresión -que en las redes es arbitraria, sucia y cínica-, pues cualquier puede decir que soy ladrón, marica, perro y ¡Chayotero!

He leído que las mujeres reclaman paridad política a los partidos y justicia a la autoridad por la violencia política, y las cuestionan de activistas o de oportunistas por igual, y no dudan sacar de sus entrañas su ira conservadora ¿de ultraderecha? insultando a una mujer aun no tenga nada que ver con la grilla de qué se trate, y a quien sea se les hace tan fácil inmiscuir a familiares del aludido -incluido menores de edad- como pasó con la esposa del hijo de un “corrupto” de AMLO y su casa gris, señalada -así, sin más- como también corrupta, y hasta de malos gustos -por el marido feo-, e interesada y demás adjetivos descalificativos que, la verdad, no le hacen nada, salvo exista culpabilidad en algo, y en su caso se le castigue.

Pero como otros tantos, es caso cerrado, olvidado, estéril.

Así en el afán de desprestigiar a la 4T, inventan, y los comentarios no dejan de ser mediáticos, y desde luego efectistas, pero no efectivos: es en realidad un efecto pasajero: ya quedó claro que esas campañas como que no le han dado resultado a la oposición, y ahí están -insisto- los resultados de las federales intermedias del 2021, que comprendieron la elección de quince entidades de las cuales morena ganó once, y las de un año después, en que Morena arrebató cuatro de las seis gubernaturas a elegir.

Sí, entre 2021 y 2022, Morena se adjudicó quince entidades de la República, o sea, medio país; hoy gobierna veinte entidades, dos aliadas -una del PVEM y otra del PES-, y habrá que ver qué pasa con las elecciones de este año, en Coahuila y Edomex.

Con que la 4T gane una, sigue su promedio al alza con que inició en 2018, ahora con miras hacia 2024.

Aun ese magro antecedente, manipular la información tratando de desprestigiar imagen, seguirá siendo la parte mezquina de la política de oposición al cierre del sexenio, que debería mostrar nivel, planteamiento: pero cae en el dolo, lo que aprovecha el mandatario como bandera que justifica su proyecto populista -que reparte ahora el dinero a los pobres y no a los ricos, como dice- cuando es el mismo paternalismo -que fundó el PRI-, con la diferencia de que no se usa el corporativismo, que incluyó a los empresarios y líderes políticos que por sexenios participaron a modo, y que fueron insumo importante para los «baños de pueblo» y los famosos «acarreados», y que ahora llaman “like” en la cuenta del “candidato”, cuando, ni aquellos acarreados ni los actuales like, son garantía de votos, como se ha visto desde 2018.

Pero aquí lo importante es denostar, sacar la idea propia de dañar, depredar imagen, y más -insisto- si se trata de una mujer para deleite de los misóginos y las envidiosas más genuinas de sus iguales, y más si están empoderadas, como dicen ahora.

La que sea, del partido que sea, la llaman corrupta, vividora, oportunista, inculta, recluta de fulano, y más en el proselitismo y pasando la contienda ¿Qué? ¿No pasó nada? Aún el honor, la imagen de una mujer -igual pasa con los hombres, pero esa es otra historia- haya sido objeto de calumnias.

Y va a ver bastante de lo mismo, pues no hay que olvidar que al menos en Morena -en dónde también ya se ve el “fuego amigo”- para junio de este año, se da el banderazo para que los aspirantes a los cargos de elección en 2024 -que son nueve gubernaturas, 500 curules de la Cámara de Diputados federal, 128 senadores de la República, 641 diputaciones de congresos locales en 17 entidades, 993 ayuntamientos en 16 estados y las 16 alcaldías de la Ciudad de México- digan oficialmente claro: “yo voy”.

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