La Iglesia católica manifestó su profunda preocupación por el aumento de suicidios en México, especialmente entre jóvenes y adultos, al advertir que se trata de un problema creciente que requiere atención urgente de toda la sociedad.
En la editorial del semanario Desde la Fe, la institución señaló que, aunque el suicidio continúa siendo un tema difícil de abordar, las comunidades deben convertirse en espacios de acompañamiento para quienes enfrentan sufrimiento emocional. “Las palabras se quedan cortas y los silencios pesan”, expresó, al subrayar la importancia de reconocer y atender el dolor ajeno.
La Iglesia destacó que la fe invita a mirar con compasión y a acompañar con respeto a quienes atraviesan situaciones críticas. Asimismo, indicó que a veces basta un gesto sencillo —una presencia que no juzga, una escucha cercana o un abrazo que sostiene— para marcar una diferencia significativa.
El Papa León XIV se sumó al llamado, invitando a la oración y a la creación de comunidades que favorezcan procesos de sanación.
La institución también hizo énfasis en la necesidad de fortalecer estrategias de prevención a través de políticas públicas efectivas. “Todos estamos llamados a actuar, a construir espacios de escucha, a promover la atención profesional cuando es necesaria y a tender puentes donde otros solo encuentran abismos”, señaló.
De acuerdo con datos del Inegi, en 2024 se registraron 8,856 defunciones por suicidio en personas de 10 años en adelante, lo que representa una tasa de 6.8 por cada 100 mil habitantes, superior a la reportada en 2019, cuando fue de 5.6.
La Iglesia reiteró su compromiso de seguir promoviendo acciones que contribuyan a la prevención del suicidio y al acompañamiento de quienes viven situaciones de vulnerabilidad emocional.












