Consterna asesinato de empresario comiteco

Cartelera Política, por Leonel Durante ·

La violencia llegó a Chiapas para quedarse, resultado de la política fallida de la 4T, simplemente la estrategia abrazos y no balazos no funcionan, menos cuando todos sabemos que tanto la Guardia Nacional como las fuerzas armadas están impedidas para hacer frente a los grupos delincuenciales, cualesquiera que fuera y que operan con tal impunidad a nivel nacional, pues la orden presidencial es no molestarlos.

Por ello, la estrategia de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador está rebasada y pueden andar los delincuentes agrediendo a cuanta gente inocente se les pare enfrente, sin que hasta hoy ninguna autoridad federal, estatal o municipal tomen cartas en el asunto y a nadie parece importar todas las evidencia habidas y por haber que confirma que Morena es un “narco-partido” y sus gobiernos “narco-gobiernos”, incluyendo a su capo máximo el Jefe del Poder Ejecutivo Federal.

Decía que la violencia llegó a Chiapas y bien me recuerda a aquella estación de México, la “6:20”, cuyo slogan radiofónico y con la que los ciudadanos la identificaba: la “música que llegó para quedarse”.

Así la violencia llegó a Chiapas para quedarse, a ciencia cierta no recuerdo, pero en 1984 cuando regresé a mi estado natal, la violencia ya existía, masacres a indígenas, las atrocidades que los ricos contra pobres, aquella masacre de Acteal del 22 de diciembre de 1997, pero antes en 1994, el 1 de enero aparece el grupo armado de la selva, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y créanme, a partir de esos años los chiapanecos ya no tenemos paz.

Cierto es que con los gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, la violencia estaba desatada y la guerra declarada a los narcos por el gobierno panista, sigue vigente, pero hoy con más fervor patrio, dado que el presidente consiente a los delincuentes, promulgó una ley de amnistía y de esta manera empoderó a grupos armados que no les importa nada, más que asegurar sus territorios.

 Lo decía el ex candidato a la presidencia de la república, Ricardo Anaya cuando advertía que AMLO era un peligro para México y nadie le creyó, hoy nos damos cuenta que no exageró, pero este se quedó corto.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) aseguran que los ciudadanos de algunos puntos del país, no se sienten seguros y viven con temor de ser víctimas de la inseguridad por parte de grupos delictivos.

Esa violencia ya se respira en Chiapas y no hay poder humano que los combate, el pueblo está a merced de los grupos delincuenciales, para muestra un botón, con el abominable asesinato del presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles de Comitán de Domínguez, Samuel García Velasco, quien fue encontrado muerto en la cisterna de la vivienda que habitaba.

Será un crimen más que quede impune como otros más que han ocurrido con antelación en el estado, no lo sabemos, por lo pronto solo escuchamos de las autoridades sus lamentos, pero en si no harán nada, pues lo que ocurre aquí en como ocurre en todo el país, resultado de aquel proceso electoral en donde el crimen organizado votaría por Morena y como ya se está haciendo costumbre que en no pocas elecciones estatales, como las de Michoacán, Sinaloa, Sonora, Zacatecas y San Luis Potosí veríamos, son producto de “narco-gobiernos” estatales.

Por lo pronto nos sumamos a la exigencia de la Asociación de Hoteles de Comitán hecha a los gobiernos federal, estatal y municipal, del  esclarecimiento del que calificaron como un “abominable hecho” y castigo ejemplar a los responsables. 

“De nada sirven los discursos vacíos y los informes alegres si los que habitamos este bellísimo estado sentimos cada día más cerca estos acontecimientos”.

La asociación también expresó profundo dolor e indignación por este caso y urgió a la paz para permitir que las empresas y el sector productivo confíen en el estado de derecho en el estado. 

“Chiapas merece vivir en paz, el precio del inmovilismo es inaceptable, tendrá costos irreparables para nuestro futuro (…) Los que damos eco a miles de voces y sentimientos, en este momento creemos que no lo merecemos”, concluyeron.

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