Cuilco, Guat.-Después de transcurrir dos días del éxodo de unos 600 chiapanecos de sus lugares de origen en municipios fronterizos de Chiapas, la ayuda humanitaria para estas personas que huyeron de la violencia de grupos criminales de México, ha comenzado a escasear, por lo que el presidente de la municipalidad de Cuilco, Audilio Epifanio Roblero Arreaga, urgió al gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, no se olvide de sus connacionales y les mande víveres para su sobrevivencia.
Fue la municipalidad de Cuilco, en el departamento de Huehuetenango, Guatemala, a donde los desplazados llegaron el 24 de julio pasado, lugar en el que se instaló un refugio para recibir para albergar a unas 600 personas, que se armaron de valor para escapar de las garras de grupos criminales que los tenían secuestrados.
Este espacio de atención se localiza en la comunidad Ampliación Nueva Reforma, unos 40 kilómetros de la frontera con Chiapas, del municipio de Amatenango de la Frontera.
La gobernadora de Huehuetenango, Elsa Hernández, confirmó que existe un desplazamiento forzoso de mexicanos y que están llegando a Cuilco para buscar refugio debido a la violencia en Chiapas.
Audilio Epifanio Roblero, explicó que durante una reunión con los coordinadores en atención a la Emergencia, explicó que en las aldeas de Unión Frontera y de Monterrico, se está agotando los alimentos debido las compras de los productos las realizan en los mercados de Frontera Comalapa, Nuevo Amatenango y Amatenango de la Frontera, donde por el momento es imposible ingresar por la violencia del crimen organizado.
Visiblemente consternado por esa situación, el presidente de la municipalidad de Cuilco, dijo que se agotan los víveres, ya nos quedan pocos días para que nosotros tengamos lo suficiente que comer.
“Si nuestros hermanos continúan aquí, los que ya están, y si se siguen sumando otras personas, esto va hacer un caos, porque se nos van agotar los alimentos manera inmediata y entonces la crisis va a ser bastante fuerte”, advirtió Roblero Arreaga.
Hasta el mediodía de este viernes las autoridades guatemaltecas informaron que se han contabilizado un total de 405 personas, de la siguiente manera, todos dentro de la municipalidad de Cuilco: 240 están en Ampliación Nueva Reforma, 45 en Monterrico, 40 en Unión Frontera, 12 en Oaxaqueño, 36 en Jocotitán La Pila, 35 en Villanueva.
Los desplazados tienen miedo a pesar que ya no están en Chiapas
El alcalde de Cuilco dijo que los desplazados chiapanecos les quedan secuelas de la violencia que vivieron en Chiapas, porque a su llegada a los caseríos de Unión Frontera y Monterrico, para su seguridad les pidieron trasladarse a la aldea Laguna para tener una mejor atención, pero esta alternativa la rechazaron porque argumentaron que sus viviendas están cerca de sus viviendas en la fronteriza y hasta allá caminan los carteles de la droga.
No obstante, los riesgos que enfrentan, cuando lo ven prudente bajan a sus comunidades de manera sigilosa, pues la mayoría no quieren perder lo poco que tienen y entonces van, si se trasladan hasta La Laguna, les queda muy distante, entonces no quieren que pase eso les da confianza y prefieren cuidar así su casa, sin descuidarla.
El alcalde de Cuilco conformó hoy la muerte de uno de los desplazados de 93 años, por causas de su enfermedad, ya que huyó de la violencia sin sus medicamentos y a su llegada tuvo complicaciones de salud, por lo que murió, por lo que ante la emergencia de inseguridad fue sepultado en el panteón de la comunidad de la Aldea Ampliación Nueva Reforma