A Mi Manera, por Rodrigo Yescas Núñez ·
Si sobrevive el INE, prevalecerá nuestra democracia y subsistirá nuestro Estado de derecho, el origen mismo de la certeza jurídica necesaria para atraer inversiones de las que depende la creación de riqueza, la contratación de empleos, la generación de utilidades que habrá de traducirse en una mayor recaudación federal para financiar el gasto público con sus inmensos beneficios sociales. Y a la inversa.
Por otro lado, atentar en contra del INE e ignorar la voluntad política de la nación, provocará una descomposición social de consecuencias imprevisibles en nuestro futuro inmediato.
Sin el INE estaremos condenados porque a falta un árbitro electoral desaparecerá nuestra incipiente democracia para ser sustituida por una nueva dictadura encabezada por un sujeto extraído del paleolítico inferior que impondrá diputados, senadores, jueces, magistrados y ministros para extinguir la separación de poderes por la que México ha pagado una enorme cuota de sangre, de oprobio, atraso y destrucción generalizada.
El dinosaurio seguirá ahí.