Calaveras y Diablitos, por Arturo Colado ·
El primero de marzo comenzaron las campañas presidenciales y el panorama es desolador para quienes se oponen al proyecto de continuidad de la Transformación que encabeza Claudia Sheinbaum y el monstruo guinda llamado Morena, que será alimentado con el mayor número de votos.
El Zócalo capitalino estuvo abarrotado de fervientes seguidores, donde Claudia dejó ver que su proyecto es dar continuidad a la Cuarta Transformación que iniciara en 2018 con el presidente López Obrador.
Construir el segundo piso es el objetivo. La prioridad son y serán siempre los que menos tienen, los que en el régimen conservador fueron clasificados como un segmento electoral y vistos como simple fábrica de votos. Las cosas han cambiado. Morena sabe que Sheinbaum se perfila a ser la próxima presidenta de México. La primera mujer en la historia.
Por ello, a la oposición se le ve más preocupada por obtener la mayoría en las cámaras y buscar asegurar que las reformas de la 4T no sean aprobadas, porque la máxima silla para la candidata presidencial saben que ya está muy lejana.
Por un lado, Xóchitl Gálvez Ruiz, la afamada Sra. X, respaldada por la alianza del PRI, PAN y PRD, alianza denominada «Fuerza y Corazón por México», a quienes pareciera que, antes de empezar, ya se les habían terminado las fuerzas y están próximos a sufrir un paro cardiaco.
El pico máximo de aceptación de la Sra. X llegó de la mano de Andrés Manuel López Obrador, cuando de manera, llamémosle «involuntaria», se dedicó a posicionarla como la candidata de la oposición dedicándole tiempo aire valioso dentro de las mañaneras, dejando relegados a cuadros con más experiencia como Santiago «cry baby» Creel, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid, quienes, sin duda, tenían mayor nivel político y preparación que la actual candidata presidencial del PRI, PAN y PRD.
No es casualidad que en cuanto fue ungida como precandidata, AMLO dejara de mencionarla en las mañaneras y Xóchitl tuviera una estrepitosa caída – de esas que ni bolo te pegás – de 12 puntos en la aceptación popular.
A Xóchitl se le ve desesperada y está dispuesta a hacer de todo para ganarse un poquito del amor del ‘pueblo bueno’, tanto que, al puro estilo de Peña Nieto, se atrevió a firmar un documento con tinta-sangre de su corazón (esto no es sarcasmo, lo firmó con sangre), para demostrar a México que va en serio.
Sin embargo, el mensaje que transmitió fue la nula credibilidad con que cuenta, pues no basta con su palabra, su firma o notario, ahora tiene que firmar con sangre como si de un pacto satánico se tratara, ¡qué ridiculez, en serio!
Por último, voy a mencionar Jorge Álvarez Máynez (¡cosita!), candidato del partido Movimiento Ciudadano, a quien no lo siguen ni las moscas. Este sí nació muerto. Imagínese que en su arranque de campaña, en la ciudad de Guadalajara, no llegaron ni los liderazgos del partido. Y es que, viéndolo bien, están muy caros los vuelos y los próximos tiempos para MC no parecen ser muy prometedores.
Lo más inteligente que pueden hacer los del naranja es ahorrar y no andar gastando paga en cosas irrelevantes, total ¿qué tanto importa el arranque de la campaña presidencial? ¡Ni se van a dar cuenta!, supongo que pensaron.
Máynes está peor que cuando en 2014, Robben se tiró el clavado y México entero gritó al unísono: «No era penal», durante un largo tiempo. Hoy, pareciera que el único recurso de campaña con el que Máynez cuenta es el «nos lo bajaron a la mala», refiriéndose al «nuevo, nuevo» Samuel García, primera opción de MC a la presidencia de la República y quien tuvo que regresar a la gubernatura de su estado tras ser impugnado por los diputados panistas y priistas de Nuevo León.
Este golpe devastó a Jorgito Álvarez Máynez, puesto que lo sigue repitiendo cada vez que puede, mientras una lágrima recorre su mejilla para aterrizar en sus tenis fosfo fosfo. Sigue sin darse cuenta de que el candidato presidencial es él. ¡Supéralo rey, ve a terapia, te hará bien!
En conclusión, todo parece indicar que Sheinbaum será la primera mujer presidenta de México y la gran interrogante sobre las elecciones del próximo 2 de junio cambian. Ya no debemos preguntar ¿quién va a ganar?, sino ¿por cuánto?
Hasta aquí la dejamos por hoy. No se olviden de tomar agüita, comer sano y lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. Quiéranse mucho. Nos leemos hasta la próxima entrega.