Natalia Vitela
Cd. de México (09 octubre 2022).- Durante la pandemia por Covid-19, el embarazo adolescente registró un incrementó de 30 por ciento entre 2020 y 2021, es decir, poco más de 29 mil nacimientos adicionales a los que se habían proyectado, advirtió el informe Embarazo Temprano en México. Panorama de Estrategias Públicas para su Atención, de El Colegio de México.
En México, cada día, más de mil adolescentes de entre 12 y 19 años se vuelven madres sin planearlo o desearlo, alerta el reporte.
«No es un problema individual de estos adolescentes que se embarazaron; es un problema donde estamos fallando como sociedad y Gobierno en proteger los derechos sexuales de este grupo y entonces todos perdemos.
«Es una injusticia social porque hay niñas y adolescentes que están más en riesgo de embarazarse de manera temprana e involuntaria por sus condiciones sociales, económicas, de origen. No hay una decisión de por medio.
«Las estamos colocando en posiciones de vulnerabilidad y no las estamos protegiendo», aseguró Laura Flamand, coordinadora de la Red de Estudios sobre Desigualdades de El Colegio de México y una de las autoras del informe.
«Están más en riesgo de embarazo temprano involuntario las adolescentes y niñas de bajos ingresos; indígenas, con baja escolaridad; las que no tienen acceso a métodos anticonceptivos, claramente como ellas están en más riesgo, estamos hablando de un tema de justicia social porque se supone que todas las niñas y adolescentes deberían de tener sus derechos protegidos por igual, y ese no es el caso».
La experta afirma que los datos de México son preocupantes, y los únicos países que tienen indicadores peores son de Centroamérica y del sur de África.
Precisa que el incremento que se registró durante la emergencia sanitaria se debió a que las escuelas estuvieron cerradas por muchos meses, y éstas tienen un efecto protector.
«No sabemos muy bien a qué se debe; si tiene que ver con la educación sexual integral que reciben en las escuelas o el que las jóvenes tengan un plan de vida más amplio cuando están yendo a la escuela. Lo que sabemos es que si no están en la escuela aumenta su riesgo de embarazo».
Además, durante la pandemia, los centros de salud donde se proporcionan los servicios de salud sexual y reproductiva estaban saturados y dedicados a atender a pacientes con Covid-19. Eso sin contar que la violencia intrafamiliar aumentó durante la pandemia, agrega.
De acuerdo con la experta, el diseño de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente (ENAPEA) es robusto y sólido, pero su implementación en las entidades se enfrenta con realidades muy complejas, además de que recibe aproximadamente 38 millones de pesos anuales, un presupuesto muy modesto.
«Es un problema público que amerita dedicarle más recursos, incluso en época de austeridad republicana».
«El Gobierno federal, en conjunto con los estatales y municipales, tienen que fortalecer su compromiso con este problema público y con la estrategia», demanda.
Cuestión de enfoques
Flamand, académica e investigadora de El Colegio de México, señala que urge afinar y reforzar la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente y una de las principales problemáticas es que la estrategia no se implementa con base en el mismo enfoque y con el cual debería prevalecer, es decir, con el que tiene que ver con los derechos sexuales y reproductivos.
«Documentamos en el informe que hay incluso, en una misma entidad, varios enfoques: el preventivo, el educativo, el de derechos sexuales y reproductivos y eso tiene mucho que ver con cómo me imagino el problema público del embarazo temprano.
«Si yo asumo que es un problema individual, que pasa por una decisión de las adolescentes, mis acciones como Gobierno son de un tipo; si me parece que (…) las madres y padres adolescentes tomaron una decisión y se equivocaron y ahora tendrán que arreglárselas, tomaré una decisión de otro tipo; si, en cambio, defino el problema como el hecho de que estamos fallando como sociedad en proteger de manera equitativa los derechos sexuales y reproductivos entonces actúo de otra manera», indica.
La especialista destaca que el enfoque debe estar orientado a los derechos sexuales y reproductivos.
«Como no existe acuerdo en esto, es muy difícil que haya coordinación entre los sectores que participan en la ENAPEA y entre los órdenes de Gobierno que participan en la estrategia; lo más apremiante es dedicarle recursos de todo tipo: financieros, humanos, materiales, de infraestructura, a ponerlos de acuerdo qué quiere decir educación sexual integral y cómo se verá en las aulas desde preescolar», concluyó.
DESIGUALDAD
1.6 veces más frecuente el embarazo temprano involuntario entre niñas y adolescentes indígenas que las que no lo son.
1.7 veces más frecuente en las zonas rurales que en las grandes ciudades.
5 veces más frecuente entre las mujeres de bajos ingresos que en las mujeres ricas.
7.5 de cada 10 mujeres veinteañeras están estudiando o empleándose, si no tienen niños dependientes.
4 de cada 10 estudian o trabajan, si tienen niños dependientes.
3 veces menos oportunidades de obtener un título universitario tienen las madres adolescentes comparado con las que postergaron su maternidad.