Por primera vez, Anahí dio detalles de los trastornos alimenticios que la llevaron al borde de la muerte, tras tener un paro cardiaco, cuando apenas tenía 18 años.
«Llegué un día con mi prima Alicia que hasta hoy le digo ‘gracias porque me salvaste la vida’. Le dije ‘me siento mal, algo me pasa’, tenía el corazón a mil y sentía como si el estómago se me estuviera volteando por dentro.
«Estábamos en Interlomas, volteó y se metió directo a urgencias del Hospital Ángeles. Gracias a Dios. Llegué con un paro cardiaco horrible», dijo Anahí, de 40 años, en entrevista con Joaquín López Dóriga.
La actriz y cantante agradeció al equipo médico que la atendió, pese a que no recuerda el tratamiento que le hicieron ya que se encontraba desmayada en el momento.
«Lo que me explican es que tuve un bajón tan fuerte de potasio en el cuerpo, de electrolitos y de absolutamente todo que mi corazón era una taquicardia», rememoró.
La obsesión de la intérprete de «Sálvame» por estar delgada la llevaron a que aún estando en el hospital se quitará el suero, pues tenía miedo a subir de peso.
«Pasamos entre dos, casi tres semanas en el hospital, porque tenían que nivelarme todos mis niveles. Lo peor de todo es que yo me sacaba el suero porque yo decía ‘me va a engordar el suero’ y cuando se descuidaban me metía al baño a vomitar», enunció.
A unos días de haber iniciado Soy Rebelde Tour, gira junto a sus compañeros de RBD, Anahí reveló detalles de dichos problemas alimenticios que mucho se rumoraron.
Anahí confesó que todo comenzó luego de que un productor le dijo que para ser protagonista de Quinceañera tenía que ser más delgada.
«Me dice vamos a hacer la telenovela y pues estaría increíble que tú seas la protagonista, pero Anahí, las protagonistas son flaquitas, las protagonistas son muy bonitas y tú estás gordita», recordó.
La esposa de Manuel Velasco señaló que a partir de ese momento empezó la pesadilla más grande de su vida, pues no se creía suficiente e inició su enfermedad obsesiva.
«Esas palabras se quedaron en mi cabeza, en mi corazón y en mi mente. Yo salí de ahí y me acuerdo que traté de no decir nada, tranquila. Pero a partir de ese momento, mi esencia cambió, mi luz cambió y todo cambió», aseveró.
Confesó que llegó a pesar hasta 38 kilos y para ello, pasaba días sin comer o incluso comía hielo para engañar a su estómago.
«Yo podía pasar cinco o seis días sin probar un bocado, a veces comía una toronja, a veces comía hielo para engañar al estómago. Y después cuando ya no podía más venían los atracones y como tanto se han burlado, sí vomitaba mucho», expresó entre lágrimas.