Durante una rueda de prensa, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Tuxtla Gutiérrez (Canaco Tuxtla) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra Tuxtla) hicieron un llamado a las autoridades federales y legislativas para que la reforma que propone reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales se implemente con responsabilidad, tomando en cuenta las condiciones económicas y sociales específicas del estado de Chiapas.
Miguel Ángel Blas Gutiérrez, presidente de Canaco Tuxtla, y Francisco Lazos Morales, presidente de Canacintra, coincidieron en que avanzar hacia mejores condiciones laborales es un objetivo legítimo, pero alertaron sobre los posibles impactos negativos de aplicar esta medida de forma inmediata y uniforme, sin considerar la realidad de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Francisco Lazos subrayó que los empresarios no están en contra de mejorar los derechos laborales, pero advirtió que se deben buscar acuerdos que permitan sostener la competitividad, la producción y la rentabilidad de los negocios, en especial aquellos con capacidades limitadas. Por su parte, Blas Gutiérrez recordó que en Tuxtla Gutiérrez más del 90% de las empresas pertenecen al sector comercio, servicios y turismo, y que en su mayoría son micronegocios familiares, por lo que una reducción abrupta de la jornada podría provocar un aumento en la informalidad o incluso la pérdida de empleos formales.
Ambos dirigentes respaldaron su postura en los datos arrojados por la Encuesta Jornada Laboral 2025, elaborada por Concanaco Servytur, que muestra que el 64% de los empresarios considera inviable una reducción inmediata, el 71.4% anticipa un aumento en los costos operativos incluso con una aplicación gradual, y el 58.85% teme no poder mantener sus niveles actuales de servicio.
Ante este panorama, Blas Gutiérrez propuso que la transición hacia una jornada de 40 horas se realice de manera gradual hasta el año 2030, con un enfoque diferenciado por tamaño de empresa, sector y región. Asimismo, planteó la necesidad de establecer apoyos específicos para incentivar la formalización a través de estímulos fiscales, tecnológicos y financieros, así como la creación de un Observatorio de Transición Laboral que permita monitorear el impacto de la reforma y hacer ajustes con base en evidencia.
“Chiapas enfrenta grandes retos, pero también tiene un gran potencial. Queremos seguir contribuyendo al desarrollo de nuestra región desde el esfuerzo diario de nuestras empresas. Estamos a favor del diálogo, de construir una reforma laboral viable y sustentable para todos”, concluyó el presidente de Canaco Tuxtla.
