Una renuncia que duele… y que dice mucho
La renuncia de Alba María de Guadalupe Moguel Gómez como coordinadora del Comité Ciudadano de Pueblos Mágicos en San Cristóbal de Las Casas no es solo una dimisión administrativa: es una señal de alarma.
Cuando una figura con trayectoria, respaldo ciudadano y visión turística decide hacerse a un lado por falta de apoyo institucional, el problema no es individual: es estructural. Y en este caso, el señalamiento directo a la presidenta municipal, Fabiola Ricci Diestel, debe tomarse con seriedad.
Moguel no renuncia en silencio. Lo hace acusando al Ayuntamiento de bloquear iniciativas clave para el desarrollo turístico: murales, señalética, conservación patrimonial, incluso la presencia del municipio en espacios estratégicos como aeropuertos. Proyectos razonables, necesarios y realizables, pero que fueron, según sus palabras, ignorados sistemáticamente.
No se puede hablar de “Pueblo Mágico” sin participación ciudadana. El distintivo que ostenta San Cristóbal no es un trofeo municipal, sino un compromiso compartido entre gobierno, empresarios, comunidad cultural y ciudadanía. Y si uno de esos actores —en este caso, el Comité— es excluido o minimizado, todo el proyecto se debilita.
¿Qué mensaje se envía cuando se ignora a quienes buscan sumar? ¿Qué futuro puede tener el turismo local si las decisiones se toman en círculos cerrados, sin diálogo ni colaboración?
San Cristóbal de Las Casas es un referente nacional. Su riqueza cultural, su historia y su gente lo han convertido en uno de los destinos más apreciados del país. Pero ese prestigio no se sostiene solo: requiere gestión, visión y voluntad de trabajar con todos los sectores.
Ojalá esta renuncia —dolorosa y contundente— sirva como un llamado de atención. Que no se trivialice. Que no se deseche. Que la autoridad municipal entienda que gobernar también es escuchar.
Porque si no se puede trabajar con quienes aman y conocen su ciudad, ¿entonces con quién?