Junio, un mes de luto y deuda para las mujeres en Chiapas
Junio de 2025 cerrará en Chiapas como el mes más letal para las mujeres en lo que va del año. Seis feminicidios perpetrados en tan solo 29 días. Seis vidas arrancadas con brutalidad, seis historias truncadas y seis familias condenadas al dolor y al vacío. Y como comunidad, no podemos —no debemos— acostumbrarnos.
El caso de Lola Patricia, asesinada a balazos presuntamente por su pareja en San Juan Chamula, es el más reciente de esta dolorosa cadena de violencia feminicida que parece no tener freno en la entidad. Lo alarmante no es sólo la cifra, sino la inercia institucional y social que ha permitido que, pese a decretarse una Alerta de Violencia de Género (AVG) desde 2016, la tragedia se repita y se agrave.
La Colectiva feminista 50 más 1 Chiapas lo ha expresado con claridad: la AVG no ha sido suficiente, ni eficaz, ni operativa en los términos que la emergencia demanda. Los feminicidios no disminuyen. Las acciones implementadas en siete y luego en dieciséis municipios de la región Altos Tsotsil-Tseltal han sido, en su mayoría, medidas de escritorio, declaraciones públicas y campañas superficiales de sensibilización.
La violencia feminicida, como lo demuestran los hechos, sigue siendo un fenómeno estructural y cotidiano. Y la deuda institucional con las mujeres chiapanecas crece, sobre todo para quienes viven en contextos de vulnerabilidad: mujeres indígenas, rurales, en pobreza o con escaso acceso a servicios de seguridad y justicia.
Mientras tanto, los recursos para la aplicación de la AVG carecen de claridad, los resultados tangibles son nulos, y la sociedad sigue sin dimensionar la gravedad de que, solo en este mes, seis mujeres hayan sido asesinadas en Chiapas por razón de género.
No se trata únicamente de pedir justicia por cada nombre que se suma a esta lista de horror, sino de exigir una revisión profunda y honesta del mecanismo de la AVG, de las políticas públicas de prevención y de la respuesta institucional a los feminicidios. No podemos seguir operando con simulación.
Hoy, más que nunca, Chiapas necesita voluntad política real, presupuestos asignados con transparencia, y una estrategia que coloque al centro la vida y dignidad de las mujeres. Porque cada feminicidio es un fracaso del Estado y una herida abierta para toda la sociedad.
Desde este espacio, exigimos justicia para Lola Patricia y para las otras dieciocho mujeres asesinadas este año. Exigimos también que la Fiscalía General del Estado esclarezca los casos pendientes y se rinda cuenta a la ciudadanía del avance de las investigaciones.
Las mujeres en Chiapas merecen vivir libres, seguras y plenas. La indiferencia, el silencio y la omisión solo perpetúan la violencia. Y de eso, como sociedad, no podemos ni debemos ser cómplices.