RAYOS Editoriales 29.04.25

Editorial | Día del Niño en Chiapas: Entre discursos y realidades

Cada 30 de abril, los gobiernos locales y estatales se llenan de colores, globos, shows de payasos y mensajes de esperanza para la niñez chiapaneca. Los parques se adornan, los funcionarios reparten juguetes y los discursos se desbordan en palabras como “compromiso”, “bienestar” y “futuro”. Sin embargo, más allá de la foto oficial y la efímera alegría de una piñata rota, la dura realidad social de la infancia en Chiapas permanece.

Los datos son tan claros como alarmantes. De acuerdo con cifras oficiales de CONAPO e INEGI, Chiapas es el estado con el mayor porcentaje de niñas y niños sin acceso a seguridad social (62.5%), una cifra que no debería admitirse en una sociedad que presume de humanismo y solidaridad. Peor aún, 275 mil menores en la entidad viven con rezago educativo, es decir, una parte significativa de la infancia chiapaneca no asiste a la escuela o está por debajo del nivel educativo correspondiente para su edad.

A esto se suma el alto índice de trabajo infantil, la carencia de servicios básicos en el 26% de los hogares donde habitan niños y adolescentes, y la invisibilización cotidiana de miles de menores indígenas y afrodescendientes, cuya situación de exclusión sigue siendo sistemáticamente ignorada por las políticas públicas.

Mientras las cifras reflejan estos abismos, el discurso oficial sigue apelando a una narrativa triunfalista de avances y programas asistencialistas de corto alcance. Sí, se instalan comisiones, se organizan ferias de derechos y se montan eventos multitudinarios; pero ¿de qué sirven las celebraciones si las condiciones estructurales siguen negando a la niñez chiapaneca su derecho básico a una vida digna, segura y con oportunidades reales?

El Día del Niño no debería ser solo una fecha para regalar dulces y tomar fotografías. Debería ser una jornada de exigencia social, de memoria y de cuestionamiento profundo al papel de las instituciones encargadas de garantizar el bienestar de los más vulnerables. Porque hoy, en pleno 2025, ser niño en Chiapas sigue siendo una condición de desigualdad, exclusión y riesgo.

Mientras no se diseñen políticas integrales, transversales y sostenidas que prioricen la seguridad social, el acceso universal a la educación, la atención médica, y la mejora de las condiciones de vivienda, los globos del 30 de abril seguirán volando alto… mientras los derechos de la niñez chiapaneca permanecen enterrados.

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