La urgencia de actuar contra la violencia en Chiapas
La violencia de género y contra la infancia en Chiapas ha alcanzado niveles alarmantes en 2025. En lo que va del año, se han registrado cinco feminicidios en el estado, una cifra que refleja la insuficiencia de las estrategias implementadas para erradicar esta problemática. Organizaciones civiles y especialistas han señalado la necesidad de destinar más recursos y fortalecer las políticas públicas para frenar estos crímenes, garantizando mayor protección a las mujeres y niñas en la entidad.
A esto se suma otro dato preocupante: Chiapas se encuentra entre los tres estados con más casos de tráfico de infancias. La vulnerabilidad de los menores en el estado ha sido aprovechada por redes de trata que operan con una impunidad inaceptable. La falta de un sistema de protección eficiente deja a la niñez chiapaneca en una situación de riesgo constante. Es imperativo que las autoridades atiendan este problema con la seriedad y urgencia que amerita, implementando mecanismos eficaces de prevención, atención y sanción para quienes lucran con la vida de los menores.
Por si fuera poco, los casos de violencia sexual han ido en aumento en la capital del estado. Tuxtla Gutiérrez ha registrado un incremento en las denuncias por delitos sexuales, lo que subraya la necesidad de fortalecer las instancias de justicia y apoyo a las víctimas. La revictimización y la impunidad siguen siendo obstáculos en el acceso a la justicia, lo que desalienta a muchas personas a denunciar los abusos sufridos.
La crisis de violencia que atraviesa Chiapas exige medidas inmediatas y contundentes. No basta con reconocer el problema; es fundamental que los gobiernos estatal y municipal actúen con decisión, destinando recursos suficientes y diseñando estrategias efectivas que permitan frenar la violencia de género, el tráfico de infancias y los delitos sexuales. La sociedad no puede permitirse normalizar estas atrocidades. Es momento de exigir justicia y políticas públicas que verdaderamente protejan a las víctimas y castiguen a los agresores.
El tiempo para actuar es ahora. Cada día que pasa sin respuestas claras y acciones concretas significa más vidas en riesgo y más víctimas desprotegidas. Chiapas no puede seguir siendo tierra de impunidad.