Chiapas, violencia y migración: una crisis que no se detiene
Chiapas enfrenta tiempos turbulentos, reflejados en un sector turístico que sigue sin poder recuperar su dinamismo. La inseguridad creciente y los constantes enfrentamientos en el estado han ahuyentado tanto a turistas como a inversiones. La violencia, lejos de ser un fenómeno aislado, se extiende a puntos estratégicos como San Cristóbal de las Casas y Palenque, generando un impacto directo en la economía de la región y perjudicando miles de empleos que dependen de este sector. Urge una estrategia clara que permita estabilizar las condiciones para reactivar este motor económico.
La situación en Pantelhó es igualmente alarmante. Las disputas de poder en este municipio, impulsadas por descontento y falta de legitimidad, han escalado hasta una exigencia colectiva de destitución del presidente concejal. Esta problemática, reflejo de una administración sin confianza ni conexión con su gente, genera divisiones que podrían extenderse a otras comunidades si no se resuelven con rapidez. Las autoridades deben actuar y dialogar para restaurar el orden y garantizar que los derechos de los ciudadanos sean el centro de la administración pública.
Mientras tanto, la crisis migrante se intensifica. El tramo fronterizo de Nuevo México se ha convertido en uno de los más mortales para los migrantes, con 196 víctimas registradas en lo que va del año. Este dato doloroso refleja un fracaso en las políticas migratorias y la falta de alternativas seguras para quienes se ven obligados a cruzar, en busca de una vida mejor. El drama migrante es una crisis humanitaria que no puede ser ignorada ni por México ni por Estados Unidos.