El fuego que debemos prevenir
Chiapas enfrenta nuevamente una temporada crítica en materia de incendios forestales. A pesar de los esfuerzos constantes por contenerlos, la realidad es clara: ningún operativo, por robusto que sea, podrá superar la eficacia de la prevención.
El gobierno estatal ha reforzado su coordinación con instancias federales y municipales, enfocándose en regiones prioritarias como la Selva Lacandona, Los Altos, Valle Zoque y el Istmo-Costa. La creación de brigadas, el uso de helicópteros y la activación del Comité Estatal de Manejo del Fuego reflejan un compromiso decidido para contener el avance de las llamas.
Sin embargo, como bien lo ha señalado la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), el verdadero reto está en la concientización social. En muchas ocasiones, los incendios no son producto del azar ni de la naturaleza, sino de descuidos humanos, quemas descontroladas o prácticas agrícolas sin planeación.
La CONANP ha destacado la necesidad de capacitar a las comunidades que habitan en o cerca de áreas naturales protegidas. Es ahí donde se juega gran parte de la batalla: en enseñar el uso responsable del fuego, en promover brechas corta fuego, y en respetar los calendarios de quema. No se trata solo de apagar incendios, sino de evitar que comiencen.
La prevención debe convertirse en una política de Estado, pero también en una responsabilidad ciudadana. El patrimonio forestal de Chiapas no solo es pulmón natural del país, sino hogar de comunidades, biodiversidad única y riqueza ambiental invaluable.
Cuidarlo es una tarea de todos.