Chiapas: un grito de auxilio entre la pobreza y la desconexión
Chiapas enfrenta una realidad alarmante que refleja un profundo abandono estructural: más del 60% de su población vive en pobreza laboral, según datos recientes. Esto significa que la mayoría de los chiapanecos no tiene ingresos suficientes para garantizar su alimentación y la de sus familias, lo que perpetúa un ciclo de marginación que parece no tener fin.
El problema se agrava con otro factor de exclusión: el acceso limitado a Internet. Chiapas se encuentra entre los estados con mayor rezago en conectividad, lo que profundiza la brecha educativa, económica y social. En un mundo donde la información y la digitalización son clave para el desarrollo, la falta de acceso a la red condena a miles de personas a una vida con menos oportunidades.
La situación es insostenible. La pobreza laboral impide la satisfacción de necesidades básicas, mientras que la falta de conectividad excluye a la población de alternativas para mejorar sus condiciones de vida. Sin acceso a Internet, los niños tienen menos herramientas para aprender, los emprendedores tienen menos posibilidades de crecer y las comunidades permanecen aisladas del resto del país.
El gobierno, tanto estatal como federal, debe asumir su responsabilidad. Se requieren políticas urgentes para mejorar las condiciones laborales, promover salarios dignos y generar estrategias de inclusión digital que lleven la conectividad a cada rincón del estado. La pobreza y el rezago tecnológico no pueden seguir siendo parte del paisaje cotidiano de Chiapas.
Los chiapanecos no pueden esperar más. Urge una acción decidida para cerrar estas brechas que los mantienen sumidos en la precariedad y la exclusión. La historia juzgará a quienes permitieron que esta situación se perpetuara sin soluciones reales.