Pequeñas señales, grandes esperanzas
En un entorno económico nacional que sigue marcado por la incertidumbre, cualquier signo de mejora se vuelve relevante, y en Chiapas, la más reciente Encuesta Mensual sobre Empresas Comerciales del INEGI nos ofrece justamente eso: una luz al final del túnel, especialmente para quienes viven del día a día detrás de un mostrador o recorriendo las calles vendiendo productos.
La leve recuperación del comercio minorista en el estado —con incrementos en ventas, empleo y salarios— no solo es una buena noticia estadística, sino una bocanada de aire para miles de chiapanecos que sostienen sus hogares desde pequeños negocios: abarrotes, farmacias, mercados y tiendas de barrio. En un estado donde la informalidad y la precariedad siguen siendo constantes, cada punto porcentual de mejora tiene rostro humano.
El contraste con el comercio al por mayor, que muestra una caída en ingresos del 6.3%, es un recordatorio de las dificultades estructurales que enfrentan los sectores intermedios de la economía. Aun así, incluso allí el empleo creció, lo que sugiere un esfuerzo por mantener operaciones y no desamparar a la base trabajadora.
Pero lo más destacable es el aumento de los salarios reales en ambos sectores: 6.7% en el minorista y 2.4% en el mayorista. En tiempos donde la inflación erosiona rápidamente el poder adquisitivo, este dato representa más que una cifra: es la posibilidad de llevar más alimentos a casa, pagar una deuda o invertir en el negocio propio.
Sin caer en triunfalismos, este informe confirma que la economía local encuentra fuerza en lo pequeño, en lo cercano, en lo cotidiano. Y quizás ahí radica la clave para construir un modelo económico más justo: fortalecer al que está abajo, al que resiste, al que vende y compra lo básico.
Es momento de que las autoridades y los actores económicos tomen nota: el comercio minorista no solo sobrevive, también empuja. Y merece más que atención, merece respaldo. Porque en Chiapas, cada peso ganado con esfuerzo en una tienda de esquina representa una esperanza más para la dignidad económica de nuestra gente.