El expediente que nunca existió
El INE cerró, por unanimidad, el caso de los sobres de dinero a Pío López Obrador. ¿La razón? “Falta de pruebas”. Porque, claro, en México los videos donde se ve a alguien recibiendo fajos de billetes no son evidencia, son cortometrajes experimentales.
La consejera Carla Humphrey explicó que no hay rastros bancarios, contables ni fiscales. Pues claro, ¿qué esperaban? ¿Un recibo firmado que dijera “yo, Pío, recibo estos 500 mil para la causa”? ¿O quizá un comprobante CFDI con el concepto “aportación en sobre amarillo”?
El consejero Jaime Rivera dejó la joya del día: “la realidad empírica no coincide con la realidad jurídica”. O sea: lo que todos vimos en video, con audio y diálogo incluido, no existe para la ley. La magia de la política mexicana: los fajos de billetes pueden aparecer en tus manos, pero si no pasan por el banco, la contabilidad o el SAT… nunca ocurrieron.
El caso llevaba atorado desde 2020, y hoy se resolvió porque ya estaba a punto de prescribir. Como cuando alguien finge que busca las llaves durante horas, hasta que suena la alarma del coche y dice: “ya ni modo, ya se fue la grúa”.
La FGR, por su parte, decidió no ejercer acción penal porque, según ellos, los videos estaban alterados en la postproducción. Claro, seguramente Pixar metió mano para hacer ver más jugoso el fajo de billetes.
El saldo es claro: no hay responsables, no hay delito, no hay dinero… pero todos vimos el video. Es como si nos dijeran que el elefante en medio de la sala es un unicornio invisible.
En conclusión: el INE cerró el caso de los sobres, pero nos abrió, una vez más, el expediente eterno de la impunidad.