RAYOS Editoriales · 7.10.25

Avance con responsabilidad financiera y visión de futuro

En tiempos donde la prudencia económica se convierte en un acto de buena gobernanza, el reciente anuncio del Gobierno del Estado de Chiapas sobre el refinanciamiento de la deuda pública representa un paso firme hacia la estabilidad y la responsabilidad financiera.

Mediante un proceso competitivo, transparente y respaldado por la Secretaría de Finanzas, la administración estatal logró liberar cerca de 4 mil millones de pesos que podrán destinarse a áreas esenciales como salud, educación, seguridad e infraestructura, sin contraer deuda nueva. En un entorno nacional de retos presupuestales, este resultado no es menor: refleja disciplina, planeación y visión de largo plazo.

El secretario de Finanzas, Manuel Pariente Gavito, subrayó que la operación —por más de 12 mil millones de pesos adjudicados a Banamex, Banorte y Banobras— se llevó a cabo en condiciones históricamente favorables, logrando tasas de interés entre las más bajas en años recientes. Más aún, el refinanciamiento no implica endeudar más al estado, sino mejorar las condiciones de créditos heredados de gobiernos anteriores.

La diferencia es de fondo: no se trata de un endeudamiento, sino de una reingeniería financiera que permite liberar recursos públicos para atender las verdaderas prioridades sociales. Es una muestra de que la estabilidad no se logra con discursos, sino con decisiones técnicas responsables y transparentes.

La operación también refleja un compromiso con la rendición de cuentas. Toda la información del proceso, incluida el acta de fallo, está disponible en el portal oficial de la Secretaría de Finanzas, lo que refuerza la confianza ciudadana y consolida la imagen de un gobierno abierto.

Al inicio del actual sexenio, Chiapas enfrentaba una deuda de 18 mil 860 millones de pesos. Hoy, gracias a este refinanciamiento, el estado mejora su perfil crediticio y fortalece su posición frente a los retos fiscales del futuro. La reducción de reservas y garantías amplía la liquidez y permite aprovechar mejor las participaciones federales, abriendo margen para invertir en bienestar y desarrollo.

En suma, este logro financiero no solo aligera la carga del presente, sino que sienta las bases para un Chiapas con mayor estabilidad económica y social. La responsabilidad, la transparencia y la eficiencia en el manejo de los recursos públicos deben seguir siendo los pilares de una administración que ha entendido que gobernar bien también significa administrar con inteligencia y ética.

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