EFE.- El secretario de Comercio de Estados Unidos,Howard Lutnick, afirmó este domingo que la exención arancelaria para smartphones, diversos componentes de ordenador y semiconductores, anunciada en las últimas horas, es temporal, pues contarán con un gravamen específico «pronto».
«Todos esos productos se incluirán en la categoría de semiconductores y tendrán un arancel específico (…) Estarán incluidos en los aranceles sobre semiconductores, que probablemente entrarán en vigor en uno o dos meses. Así que estos llegarán pronto», dijo este domingo Lutnick en una entrevista con la cadena ABC News.
Esta posición contrasta con el aviso emitido el viernes por la noche por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés) en el que se excluía a los smartphones, componentes de ordenadores y chips semicondutores, entre un listado de otros dispositivos electrónicos, de los conocidos como «aranceles recíprocos».
Esta exención, de acuerdo a CBP, se aplica a aquellos productos importados a Estados Unidos y que hayan ingresado al país norteamericano o salieran de los almacenes en sus lugares de origen a partir del 5 de abril.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ya aseguró ayer que el lunes hablará sobre la posible aplicación de aranceles a semiconductores en medio de la guerra comercial que mantiene con China y ante las crecientes dudas sobre su errática estrategia en este terreno.
«Necesitamos semiconductores, chips y pantallas planas; necesitamos que estos productos se fabriquen en Estados Unidos. No podemos depender del Sudeste Asiático (…) Por lo tanto, esto no es una exención permanente (…) Es una cuestión de seguridad nacional que se fabriquen en Estados Unidos», amplió Lutnick este domingo.
La semana que concluye este domingo, Trump pospuso la aplicación de los aranceles recíprocos 90 días para negociar con los países implicados, pero fijó un impuesto base del 10% a las importaciones.
Este giro de timón, sin embargo, no se aplicó a China, a la que Trump ha incrementado estos gravámenes al 125%, más otro gravamen del 20% que ya pesaba en su contra (145% en total), provocando una respuesta proporcional de Beijing y el temor a una guerra comercial a gran escala.