Tubo de ensayo, por René Delios ·
Luego de que la producción agrícola -aún la sequía- no estuvo mal en 2022 como vaticinaron los “líderes campesinos”, ya nada dijeron para este año los que señalaron que la estructura de apoyos al campo quedó desmantelada, por lo que estaban bajas las expectativas para la agricultura nacional.
Ahí están los datos oficiales.
Desde luego que esa y otras referencias se dan desde que ya no es a través de los líderes y sus organizaciones campesinas, cómo se reparte el varo social a los campesinos y campesinas, como tampoco los programas productivos, insumos e implementos agrícolas, y tampoco el negociazo tremendo de los fertilizantes.
La medida fue notoria en el primer ciclo agrícola de 2019: rindió más la producción por hectárea, pues el dinero se entregó a tiempo, pero aún con eso a mediados de ese año, recurrieron a otra estratagema que conocen muy bien, pues fueron parte de eso todo el tiempo: acusaron al gobierno de la 4T de que “todos los programas gubernamentales están anclados a los temas electorales”, referencia no tan equívoca y queda aún en el beneficio de la duda, pues ciertamente la corrupción no se borra por decreto, aunque no hubo denuncias formales de la manipulación de programas para el agro con fines electoreros ni en las estatales de 2020 y ni en las federales intermedias de 2021, año éste en que Morena refrendó su supremacía en la preferencia de la gente al ganar once de quince entidades en disputa.
Ahora, indican que hay desvíos en los subsidios al campo en programas como Fertilizantes y producción; Precios de Garantía y fomento a la Agricultura, Sembrando vida, Crédito ganadero a la palabra y súmele: todos.
Todos esos programas que antes pasaban -en listas o en efectivo- por las manos de esos angelitos de los “luchadores sociales”, siguen, con otro nombre, pero con la instrucción de que se les entrega directo a los beneficiarios, los que tienen bien claro que ahora es sin moche para el partido, la organización, el dirigente, y lo agradecen ¿A quién? A Morena, y eso es usufructuar de alguna manera del dinero federal ¿O no? Pues finalmente es dinero recaudado de los impuestos del pueblo.
Ante esto no pocas organizaciones campesinas siguen con sus protestas, y aprovechan fechas emblemáticas como la conmemoración de la promulgación de la ley agraria, el día de Pancho Villa, para manifestarse, cada vez con menor fuerza. Como sabemos el agrarismo en México fue un dechado de corrupción por sexenios, en que el campo fue repartido con tanta irregularidad jurídica, y cuyo rezago agrario aún es problema y conflicto entre poblados, y ejemplo de eso lo tenemos en Tila, Chiapas, en que la cabecera municipal quedó dentro del fundo legal del ejido.
Y como ese, casos de dotación sobre el mar.
La otra es que a casi un siglo de iniciado el reparto agrario y el apoyo a éste durante ese lapso, es para que el agro mexicano de tantos subsidios año con año, estuviera boyante y competitivo, pero las miles de organizaciones que depredaban a los campesinos pobres a través de líderes corruptos y retorcidos, no dejaron de explotar esa pobreza, y callaron a conveniencia por sexenios, los muy diversos moches y abusos de funcionarios federales y estatales del ramo.
¿O por qué está tan pobre el campo mexicano, luego de tantos años de lluvia de programas y presupuestos?
Hoy, los dirigentes campesinos ya ni protestan: los resultados productivos los dejaron callados, y más cuando los hombres y mujeres del campo se dieron cuenta de que nunca les fueron necesarios, y por el contrario, los usaron.
Los robaban, esa es la verdad.
Un ejemplo del cómo administradores y políticos se han aprovechado de la pobreza es Chiapas, desde los orígenes mismos del reparto agrario, en que la manipulación de los trabajos técnicos agropecuarios por parte de malos y corruptos elementos de la Secretaría de la Reforma Agraria, generaron el cúmulo de problemas sociales -algunos ya solucionados-, derivados de los empalmes en las dotaciones de ejido, que han costado enfrentamientos y vidas, de la misma manera en que se vendieron los trabajos técnicos complementarios para protección del caciquismo, lo que dio origen a “la lucha por la tierra”, y salvo honrosas excepciones que no vienen al tema, los más de los dirigentes campesinos se vendieron al gobierno que les permitió que se robaran el dinero a través de organizaciones partito.
Por eso sus residencias, propiedades, unidades último modelo y sus sombreros texanos.
Dicen que eso ya no pasa, que el reparto de programas para el campo es directo, y eso tiene que reflejarse a mediano plazo en el nivel de la calidad de vida en el agro mexicano.