Ciudad de México, 16 MAR.-En un informe de la ONU sobre cocaína se indica que una parte importante de la violencia en América Latina relacionada con el narcotráfico se debe a la rivalidad entre los aliados locales de los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Uno de los puntos centrales del Informe Mundial sobre Cocaína 2023 es el análisis sobre la fragmentación del ecosistema criminal del narcotráfico, aunque se indica que en México siguen existiendo organizaciones con mucho poder.
«El panorama criminal mexicano también es cada vez más complejo y fragmentado. Actualmente, las autoridades mexicanas han identificado nueve grandes grupos delictivos organizados que incluyen aproximadamente un total de 53 grupos», indica el informe.
La ONU describe la situación como una red de alianzas cambiantes y muy especializadas que cooperan entre sí en función de la situación.
«El Cártel de Sinaloa, por ejemplo, puede describirse como una ‘red de alianzas’ de múltiples células especializadas, cada una con una función específica en la cadena de suministro», señala el informe.
El Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación son los dos con más presencia internacional, subrayan los expertos de la ONU. Ambos tienen además una gran presencia en el mercado de Estados Unidos.
«Según algunos analistas, el aumento de la violencia relacionada con el narcotráfico en Suramérica y Centroamérica se ha visto impulsado principalmente por la competencia entre los representantes locales de estos dos grupos», añade.
Como casi ningún grupo criminal controla toda la cadena de suministro de cocaína desde Suramérica hasta los mercados de destino, como Europa y Norteamérica, se crean alianzas en distintas fases del proceso.
«Estas colaboraciones suelen ser muy dinámicas e inestables, como por ejemplo en el caso de México, donde los aliados criminales de ayer pueden convertirse en los enemigos de hoy, y viceversa», advierte la ONU.
Es por ello que la competencia por el control de espacios o de puntos de distribución puede acabar en actos de violencia.
En algunos casos, los representantes locales de los dos principales carteles mexicanos han estado detrás de olas de violencia.
Por ejemplo, el informe indica que una serie de actos violentos en Ecuador se vinculó a la rivalidad entre grupos criminales locales vinculados al Cártel de Sinaloa y al de Jalisco Nueva Generación.
El informe señala que un incremento en los homicidios en Ecuador está vinculado con el narcotráfico, especialmente en la zona costera, donde hay grupos vinculados a organizaciones mexicanas y colombianas.
En Colombia, la desmovilización de las FARC ha llevado a un aumento de la presencia de grupos mexicanos, especialmente, de nuevo, el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación.
Representantes de esos carteles colaboran con disidentes de las FARC para exportar cargamentos de cocaína desde zonas de Colombia cercanas al Pacífico, se señala en el informe.
La gran fragmentación criminal en Colombia y la presencia de los grupos criminales mexicanos «alimenta más la violencia», según el análisis de la ONU.
El tráfico de cocaína es sólo una parte del negocio criminal de los grupos delictivos mexicanos, ya que están implicados en otras muchas actividades, como el tráfico de marihuana, heroína, estimulantes, armas y personas.
El informe sobre la cocaína de la ONU precisa que en 2020 se produjeron en total casi 2,000 toneladas de cocaína de la máxima pureza, el doble que en 2015.
«La oferta mundial está en niveles récord», alerta la ONU, que alude a la expansión de los cultivos de coca y a técnicas más eficientes para convertir las hojas de esa planta en cocaína.
El fuerte crecimiento de la oferta va acompañado de una subida constante de la demanda de cocaína, tanto en América del Norte como en Europa, donde se concentran los 21,5 millones de consumidores habituales de esta droga.