México ha identificado 15 mil 480 nuevos casos de VIH hasta septiembre de 2025, en el marco de una epidemia que suma ya alrededor de 370 mil personas diagnosticadas en más de cuatro décadas. Así lo señalaron especialistas reunidos en la Ciudad de México previo al Día Mundial de la Lucha Contra el Sida, que se conmemora el 1 de diciembre.
El infectólogo Sigfrido Rangel destacó que la distribución de los casos acumulados muestra una prevalencia marcada en hombres, con un 80 por ciento, seguida de un 19 por ciento en mujeres y un 1 por ciento en menores de 15 años. Pese a los avances en tratamientos, reconoció que el país ha experimentado un incremento sostenido en nuevas infecciones durante los últimos años, con promedios cercanos a los 20 mil casos anuales.
Rangel atribuyó este aumento a una menor percepción de gravedad de la enfermedad, pues la disponibilidad de tratamientos antirretrovirales ha permitido que las personas con VIH alcancen una esperanza de vida similar a la población general. Además, señaló la falta de educación preventiva entre los grupos de mayor riesgo, así como la necesidad de ampliar el acceso a la profilaxis y a los medicamentos que previenen la transmisión.
Otro factor que preocupa a especialistas es la barrera de acceso a pruebas y tratamientos en zonas rurales, como ocurre en Chiapas, donde se registran más de 9 mil casos notificados y persiste un alto estigma alrededor del VIH. Rafael Polanco, representante de GSK México, advirtió que esta discriminación limita la detección oportuna, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres y que no se asumen como parte de la población en riesgo.
La mesa de expertos también abordó el envejecimiento de las personas que viven con VIH. Javier Martínez, presidente de la Red Mexicana de Personas con VIH/SIDA, explicó que muchos pacientes enfrentan ahora diagnósticos de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, mientras que el país no cuenta con una plantilla suficiente de especialistas en geriatría para su atención.
Asimismo, estudios recientes revelan que el 67 por ciento de los pacientes manifiestan preocupación por los efectos a largo plazo de sus tratamientos, y el 57 por ciento por la polifarmacia. En este contexto, los especialistas celebraron la aprobación del Cabotegravir por parte de Cofepris, un medicamento inyectable de larga duración que se aplica seis veces al año y que, afirmaron, puede prevenir la infección prácticamente en el 100 por ciento de los casos.
Confían en que pronto sea incluido en el compendio nacional de medicamentos, lo que permitiría ampliar su acceso tanto en el mercado privado como en el sistema público de salud.












