Ciudad de México, 03 MAR.-“Exigimos que se revise el modelo de seguridad, porque no está funcionando. México se enfrenta a la peor crisis de violencia en su historia”, aseguró el líder jesuita de la sierra tarahumara, Javier Ávila Aguirre, durante su participación en el foro virtual de la Agenda Nacional por la Paz.
El sacerdote habló sobre la reunión de los cuatro obispos de Guerrero con líderes de grupos criminales para pactar una tregua, asegurando que no es obligación hacerlo, pero que es responsabilidad de cada cristiano buscar la paz.
El miércoles pasado el obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, dijo que los obispos de Tlapa, Ciudad Altamirano y Acapulco, dialogaron con líderes criminales para frenar la violencia en Guerrero, obteniendo una tregua entre dos grupos criminales los Ardillos y los Tlacos.
Mientras, ayer el cardenal Felipe Arizmendi admitió que ha tenido reuniones con líderes criminales, pero no para buscar una tregua, sino para hacerles ver que la vida de todas las personas importa.
“Yo creo que cada quien tiene propia responsabilidad y debemos irla cumpliendo, además el espíritu los inspiró y dieron el paso, que es algo muy meritorio, muy digno de agradecerse y aplaudirse. Yo creo que cada quien debe cumplir la responsabilidad que les corresponde”, opinó Ávila Aguirre.
El foro virtual Agenda Nacional por la Paz de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en el que participó el jesuita Javier Ávila y otros miembros del clero analizaron la violencia y mostraron sus reflexiones sobre el papel de la Iglesia.
El sacerdote de la compañía de Jesús y cofundador de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, en la sierra de Chihuahua, recordó el homicidio de los dos jesuitas en junio de 2022, y las descalificaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Levantamos la voz a pesar de las críticas y los señalamientos; sin importarnos la descalificación y los adjetivos de: conservadores, cínicos, hipócritas y que nunca habíamos levantado la voz. Demasiado veneno que la autoridad busca desparramar. Esos señalamientos y esas descalificaciones, acabaron denigrando más a quien las expresó, que a nosotros”, dijo el sacerdote jesuita.
El padre Javier Ávila aseguró que ya no se puede confiar en el poder político por sus alianzas y concesiones con los generadores de violencia, por lo que se tiene que buscar alternativas “desde abajo, donde no interese el poder”.
También señaló que la impunidad “arropa a todo el país”, ante la “ineficaz procuración de justicia” que tiene al país con un gran deterioro en las relaciones humanas, además de que existe una gran desconfianza en las autoridades que imparten justicia.
“Hay una crisis crónica del Estado de Derecho. Nos enfrentamos a un sistema fallido. Para desarticular el cáncer que han dejado crecer los gobiernos, exigimos se revise el modelo de seguridad, porque no está funcionando y es un gran obstáculo para la paz”, destacó.