Ciudad de México, 14 ENE.-Estudios recientes han evaluado el desempeño de los sistemas sanitarios en la región, ubicando a Costa Rica, Chile y Colombia entre los de mejor puntuación. Un informe de la revista The Lancet y otro de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) coinciden en los resultados. Mientras que Venezuela, Paraguay, Nicaragua y Bolivia figuran entre los peores sistemas. Estas clasificaciones, sin embargo, deben contemplar las condiciones económicas y de desarrollo de cada país para considerarse justas.
Los rankings de sistemas de salud enfrentan críticas por las posibles disparidades en recursos disponibles entre países. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD) publicó su informe “Panorama de la salud: América Latina y el Caribe”. En el documento se examinan cómo han afrontado diversos países de la región las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y la forma en que han reducido sus índices de mortalidad.
México es uno de los países que ha presenciado un creciente desafío para mejor sistema de salud. Incluso, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha comentado ante medios que el objetivo a cumplir en su administración es alcanzar un nivel de primer mundo para enfrentar los desafíos actuales.
México entre los países con altos niveles de muertes
El informe publicado en 2023 en la OECD explica que solo seis naciones de la región de América Latina y el Caribe han registrado un número de muertes considerablemente superior a la media. Los países afectados son: Perú, Bolivia, México, Ecuador, San Vicente y las Granadinas, y Guyana. El primero de ellos destaca por el mayor incremento, con un total de 873 muertes en exceso por cada 100 mil habitantes, lo que supone un aumento del 150% con respecto a la media de la zona.
Las cifras muestran una media de 560 muertes en exceso por cada 100 mil habitantes entre estos seis países, un 60% más que el promedio regional. Estos datos cobran especial relevancia al considerar que estos países representan solo un cuarto de la población de América Latina y el Caribe pero casi la mitad del total de las muertes por exceso registradas en el periodo de 2020-2021.
México se posiciona como el país con el tercer mayor número de defunciones por exceso relacionadas con la pandemia en la región. A pesar de estos datos, el país muestra un desempeño medio o incluso superior en la mayoría de las variables de salud pública. En medio de este contexto, se identifican factores críticos que podrían contribuir a la gravedad de la situación, entre estos, la alta prevalencia de obesidad y de enfermedades crónicas en la población. Tales aspectos representan un riesgo elevado para complicaciones derivadas del COVID-19.
Además, el sistema de salud mexicano ha estado sometido a una transición que empezó en 2018, marcada por la eliminación del “Seguro Popular” y la implementación de un nuevo programa de salud universal, lo que, de acuerdo con la OCDE, podría estar influyendo notoriamente en la respuesta a la pandemia. La fragmentación de la atención sanitaria, los sistemas de información para el control epidemiológico y la coordinación del cuidado de la salud, así como la gestión de la cadena de suministros médicos se señalan como factores que impactaron significativamente la reacción ante la crisis sanitaria.
Respecto a los grupos de edades vulnerables, México tiene un rango de 40 a 69 años. Las personas que se encuentran en esas edades presentó un mayor exceso de mortalidad entre 2020 y 2021. Este análisis sobre el exceso de muertes enfatiza la importancia de seguir fortaleciendo las estrategias de salud pública para mitigar efectos tan severos en el futuro. Los hallazgos podrían servir de base para revisar y actualizar protocolos de atención, estrategias de prevención y sistemas de reporte de casos y fallecimientos a nivel nacional y regional
Los infartos son la causa de la mayor letalidad hospitalaria
La letalidad hospitalaria derivada de infartos agudos de miocardio presenta variaciones significativas en América Latina, registrando las tasas más bajas en Colombia, con un 5,6%, frente a un preocupante 27,5% en México. Estos datos, que surgieron de un estudio entre cinco naciones que compartieron información, resaltan las disparidades en los resultados de salud en la región.
En esta comparativa sobre los índices de mortalidad hospitalaria dentro de los primeros 30 días de ingreso por un infarto, ajustados por edad y sexo, se observa la necesidad de una evaluación más profunda de los sistemas de salud involucrados. Mientras Colombia muestra una tasa que podría interpretarse como reflejo de una atención eficiente en casos cardiovasculares críticos, México evidencia un escenario que requiere atención urgente y mejoramiento en los protocolos de tratamiento. Este contraste demanda una revisión y fortalecimiento de las políticas de salud pública enfocadas en la atención cardíaca de emergencia.
A pesar de la relevancia de estos datos para la mejora continua de los sistemas sanitarios, los especialistas subrayan la importancia de desarrollar infraestructuras de información más robustas. Solo con sistemas de información adecuados y supervisión constante de la calidad de la atención es posible garantizar un mejor manejo de las emergencias médicas como los infartos y, en consecuencia, una reducción de la letalidad asociada.