A mi Manera, por Rodrigo Yescas Núñez ·
¿Se acuerdan de esa fórmula que resume cómo se administra la 4T? No es mía, pero me la han repetido tanto que ya la hice mía: 10% capacidad, 90% honestidad. Y cada semana hay un nuevo ejemplo que confirma que a este gobierno le importa más que levantes la mano y digas “¡Presente, comandante!” a que realmente sepas lo que estás haciendo.
Esta vez, la tragedia ocurrió en Nueva York. Y no, no fue en las Naciones Unidas, ni en Wall Street, ni en Times Square. Fue en el agua. Ahí donde uno pensaría que al menos la Armada sabría lo que hace. Pero no. Resulta que el Buque Escuela Cuauhtémoc, ese símbolo naval mexicano, se estrelló contra el puente de Brooklyn debido a una serie de errores que debieron preverse pero pues no alcanzó la capacidad. El saldo, dos muertos, 19 heridos y un bochorno internacional.
Pero lo más surrealista no fue el accidente. Fue que horas antes, unos morenistas en Nueva York lo habían usado como escenario para promover la elección judicial. Porque si hay algo más importante que navegar con seguridad es asegurarse de que Lenia Batres tenga un cargo. Videos, discursos, selfies… el barco convertido en meeting flotante de la 4T.
Y así opera este gobierno: con los barcos a punto de «tronarles» la reversa, literal, pero mientras puedas colgar una lona y gritar “¡Es un honor estar con Obrador!”, todo se vale.
No es accidente que las tragedias se multipliquen cuando la consigna es lealtad ciega y no competencia. Que no importa si no sabes maniobrar un velero de instrucción por debajo de uno de los puentes más famosos del mundo. Que lo esencial es que seas fiel a la causa, repitas los eslóganes y te tomes la foto.
El Cuauhtémoc iba en una gira internacional de 254 días por 22 puertos. Ahora, su nombre quedará ligado a una tragedia que, como tantas otras en este sexenio, se pudo evitar con un poco de sentido común, de rigor, de técnica… de ese 90% de capacidad que a este gobierno no le interesa.
Pero bueno, ellos siguen demostrando que la única brújula que les importa apunta a Palacio Nacional. Y así, mientras el barco se hunde —o se estrella— los leales seguirán ondeando la bandera, aunque sea desde el fondo. Nos vemos..