Tubo de Ensayo, por René Delios
Insisto: la corrupción no se elimina por decreto, y eso no esta sucediendo en México; para ello se requiere un proceso social de calidad moral que debe ser ciudadano, no del gobierno como se cree, pues aunque se generó desde el poder, a éste lo integran ciudadanos que, sin ningún rubor ético traicionaron y robaron por sexenios a su propio pueblo, o encubrieron las porquerías y vilezas que sus superiores o mandos federales, que realizaron a través de los tres niveles e instancias de gobierno.
Es por ello que desde la presidencia, pasando por la gubernatura y hasta las alcaldías, han sido objeto de desvíos de recursos desde años ha, al igual que los tres poderes de la unión, o en las entidades, que como sabemos, son el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
¿Ya no hay corrupción ahí?
Pero en ello no descubrimos el hilo negro, y se refrenda en que los ciudadanos ya saben cómo enfrentarse a la corrupción en éste país, y la utiliza a favor en muy diversas formas, sea extorsión policial o una lana “pal refresco”, y así agilizar trámites, o de plano, comprar la resolución del juez de “la causa”, y como esas hay reseñas extensas.
¿Creen que a un pueblo así lo van a engañar con encuestas?
Y eso es caer en el tema tremendo y polémico de la democracia, que en éste país es huele tanto a imposición, fraude, dinero -mucho dinero-, tráfico de influencias y desde luego corrupción política en los partidos, y todo ello genera esto que leemos o escuchamos en las redes sociales, que equívocamente sus usuarios creen que es opinión de la mayoría, y dan por cierto, lo falso y así en los “números a favor” que se repiten, son virtuales, y que como los baños de pueblo, no garantizan votos.
Esto porque leí que se le fueron con todo a los representantes populares que rindieron sus informes de primer año legislativo ante la federación, en especial a los senadores Eduardo Ramírez y Sasil De León, y los diputados Ismael Brito y Jorge Luis Llaven, -no, en esta no le tocó a don Plácido Morales-, como a Zoé Robledo Aburto el director del IMSS, este último no por informe alguno, sino por una foto muy útil que sus adversarios no dudaron en descalificarla por hueca, en la que aparece tomando cerveza, y que aún lo insulsa logró su objetivo.
Sencillamente Zoé aplicó la misma que AMLO en el dar que hablar, aun sea en contra, pues eso, según la teoría publicitaria, mantiene en vigencia.
No creo eso de que Robledo esté acabado como dicen sus adversarios; tampoco sus competidores: no creo en esas encuestas manipuladas a su favor o en contra de alguien; de Morena las encuestas neoliberales dicen que va a la baja y les ha ganado ya 20 gubernaturas en cuatro años-, y en ese sentido “democrático” me mantengo en lo escrito líneas arriba: la corrupción no se elimina por decreto.
La otra es que quien tiene el poder lo ejerce: eso es precolombino en este país.
El que venga de candidato a gobernador en Chiapas, será por designación, aun la parafernalia de la consulta -otra demagogia-, para elegir candidato, y esperemos que no se repita lo de Coahuila, en que se dio una división riesgosa entre Morena y el PT, pues mientras el primero apoya al senador con licencia, Armando Guadiana Tijerina -que es empresario minero-, el PT abandera a Ricardo Mejía Berdeja, ex subsecretario de seguridad pública del gobierno federal, por lo que en esa entidad -que puede ser un antecedente-, no va la llamada alianza “Juntos Hacemos Historia” como la conocemos, en tanto el PT con seguridad busca por primera vez contar con un gobernador salido de su propia plataforma partidista, ya que se dice que Mejía sí tiene posibilidades.
Es decir que para 2024, en que se renovarán también los gobiernos de Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, tenemos que como en Edomex y Coahuila, se tienen que dar por aparte a la federal, las alianzas estatales, que deben coadyuvar en la votación general, pues igual se vuelve a convocar al seis de seis.
Salvo el PT -como sucede ahora con el PRD en ¡Va por México!- para 2’024 se ponga “reina”, y busque candidatos propios con posibilidades, y pretenda como allá, dejar de ser rémora y bisagra -como aún lo es acá-, en las entidades del país, y recobrar la dignidad política.
¿Será?
Así, como esa corrupción política en ese y otros partidos, cuya ideología está en entredicho, como pasa con la convicción partidista de los y las que cambian de camiseta -que hoy hablan impolutos -, está el tráfico de influencias, el llamado -y negado- dedazo, que señalará quien va por ese municipio, distrito o gubernatura -según sea el caso-, y bueno fuera lo contrario pero, ni en el mejor escenario.
Es por eso qué tanto desgaste en los estados del país desde ahora por las corcholatas a los distintos cargos , está de más, y me refiero a los que le apuestan a la popularidad de fulano o mengana, a través de encuestas amañadas que no tienen peso ante los que van a decidir quienes, pues esto también comprende a los y las que en verdad, generen votación -que ya es otra cosa-, lo que ya se llama capital político real, que no se gana con los baños de pueblo y ni con like en las redes, como creen muchos que hasta replican desde hace años que morena va a la baja, y lo seguirán haciendo el año que entra, aún en éste se lleve -es seguro- una de las dos entidades a elegir, para llegar a 21 en cuatro años, y ser gobierno estatal en las dos terceras partes del país.
Y aun con eso -en vez de trabajar-, seguirán manipulando encuestas, distorsionando versiones, manifestando animadversiones.