Durante la sesión semipresencial de este miércoles, la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados emitió un pronunciamiento respecto a la efeméride dedicada al natalicio de Ignacio Manuel Altamirano.
La vicepresidenta de la Mesa Directiva, diputada Karla Yuritzi Almazán Burgos (Morena), recordó que Ignacio Manuel Altamirano nació el 13 de noviembre de 1834 en Tixtla, Guerrero, y fue un destacado escritor, educador y periodista mexicano.
Resaltó su compromiso con la educación y su lucha incansable por la justicia social, lo cual lo convirtió en un referente indiscutible en la construcción de la identidad y la cultura de México en el siglo XIX.
Detalló que cursó estudios de Derechos en la Universidad de San Juan de Letrán, posteriormente en 1861 asumió el cargo de diputado en el Congreso de la Unión, donde demostró un profundo interés por la situación política y social del país, que lo llevó a unirse a los revolucionarios.
Refirió que Altamirano tomó las armas en apoyo a los liberales de Ayutla y al presidente Benito Juárez, durante la Guerra de Reforma, donde combatió con valentina tanto con su pluma como con su espada a los franceses y expresó su admiración por Juárez al afirmar: “ese individuo no es meramente un hombre, representa a la personificación del deber”.
La diputada Almazán Burgos relató que, durante la intervención francesa, Ignacio Manuel Altamirano desempeñó un papel fundamental en la liberación de la Ciudad de Cuernavaca y en la toma del Distrito de Tlalpan, durante el asedio de Querétaro.
Añadió que su valentía y destreza en el campo de batalla le valieron el ascenso del cargo de coronel y el reconocimiento de sus superiores, quienes lo consideraron un verdadero héroe.
En 1887, establecida la República, consagró por fin su vida a la enseñanza, a la literatura y al servicio público, en el que se desempeñó en distintas funciones como magistrado presidente de la Suprema Corte de Justicia y Oficial Mayor en el Ministerio de Fomento y, por último, cónsul en Barcelona y París.
En colaboración con su mentor, Ignacio Ramírez, participó en la publicación del Correo de México, dedicando sus esfuerzos a la causa de dotar a la literatura mexicana de una identidad nacional.
Asimismo, destacó que su legado literario es un testimonio de su amor por México y su compromiso por la causa de la justicia. Sus obras más destacadas, tales como El Zarco y Cuentos de Invierno, exploran temas profundos y relevantes que siguen resonando en nuestra sociedad el día de hoy.
El 13 de febrero de 1893 falleció en San Remo, Italia, atendiendo su voluntad y tras ser incinerados sus restos fueron trasladados a México y depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Finalmente, la diputada Almazán Burgos dijo que hoy se recuerda su natalicio con su frase: “Dominar la cólera tiene más mérito que batirse en duelo por no haberla dominado”. En 1993 se inscribió su nombre con letras de oro en los muros de esta soberanía.
