IGLESIA católica acusa complicidad e indiferencia: Ejército y Guardia Nacional son como observadores del genocidio en Chiapas 

Tapachula, Chis., 25 JUL.-La Iglesia católica reaccionó por enésima ocasión esto luego del desplazamiento de más de medio millar de chiapanecos que huyen de la violencia desatada en Chiapas al vecino país de Guatemala, provocada por carteles de la droga que operan bajo su ley, que hasta hoy ni el propio gobierno los ha podido someter.

La iglesia católica en Chiapas, en la frontera sur del país hizo un llamado enérgico al gobierno federal y estatal para atender el grave problema de violencia que enfrentan habitantes de los municipios de la Sierra y de otras regiones del estado, que en los últimos días se ha convertido en la zona de enfrentamientos de los carteles de la droga.

En un comunicado firmado por el obispo emérito de la Diócesis de Tapachula y arzobispo electo de León, Guanajuato, Jaime Calderón Calderón y 15 sacerdotes, lamentaron la actitud de indiferencia asumida por el presidente, Andrés Manuel López Obrador y del gobernador, Rutilio Escandón Cadenas ante la ola de violencia que nadie la ha podido frenar.

Jaime Calderón Calderón, obispo emérito de la Diócesis de Tapachula y arzobispo electo de León, Guanajuato; así como 15 sacerdotes acusaron al presidente de México, responsabilizaron al presidente López Obrador y al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas de ser cómplices e indiferentes ante la situación de violencia que desde hace dos años prevalece en municipios y comunidades de la Sierra Madre y de ordenar al Ejército Mexicano y Guardia Nacional de no intervenir para proteger a la población.

Los sacerdotes advierten la indiferencia y complicidad del gobierno federal y estatal al no querer reconocer la realidad que enfrentan las familias de la Sierra.

El arzobispo electo de León, Guanajuato y los 15 sacerdotes refieren que el rezago y la pobreza ancestral que han padecido en esta zona se suma el vivir secuestrado en sus comunidades, a pagar el derecho de piso al cártel que les corresponda según dónde vivan, ser obligados por turnos para estar en los retenes que impiden el libre tránsito, llamados filtros, con la advertencia de ser multados y agredidos si no cumplen con este deber impuesto.

Asimismo, lamentan la presencia permanente de los cárteles de la droga que se disputan el territorio de la zona Sierra, yendo y viniendo por todo el territorio ante la indiferencia y complicidad aparente de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano con la complacencia del gobierno federal.

Además, a los más pobres de Chiapas los obligan a pagar a precios muy altos, la escasa mercancía que se vende en los negocios que de sus ganancias deben sacar la cuota que les dé derecho a mantener su trabajo.

Precisó, que en las fechas, 20 y 22 de julio, los pobladores fueron amedrentados, amenazados y obligados a participar como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles de la droga, de ahí la desesperación de los pobladores chiapanecos y más complicada es cuando son secuestrados en casa propia, obligados a hacer lo que no deben, con un profundo sentido de impotencia ante lo incomprensible de la situación que viven, en la que la gente de los cárteles que disponen a su antojo de la población.

Por ello, lamentan la presencia de los destacamentos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano que no hacen nada por la población, aun cuando la que ven sufrir día a día y se vuelven a preguntar: ¿hasta cuándo van a vivir tratando de esconder una realidad triste y dolorosa que nosotros vamos cargando día a día?

Subrayó la acción de que no se puede negar que los cárteles controlan a las comunidades a través de personas de estas mismas, a los que, pagando un sueldo, han hecho olvidarse del sufrimiento y la muerte de sus propios hermanos.

«El argumento de la federación es el desconocimiento o que tiene una imagen distinta de la situación y dando órdenes al Ejército y la Guardia Nacional la presencia en el territorio, pero sin intervenir para proteger a la población, situación que ha cambiado la vida de nuestros hermanos de la Sierra», comentó el prelado.

Piden a los habitantes de la Sierra no callar la situación de violencia y derramamiento de sangre al que los ha sometido el crimen organizado. “Este flagelo nos amenazan y nos quieren someter al silencio para que, más allá de nuestro territorio diocesano, no se sepa ni se crea lo que estamos viviendo y sufriendo día a día.

“Busquemos la forma de contar nuestra vida, de decir nuestra palabra, de dar a conocer lo que vivimos”. E hicieron un llamado para que la transición en el gobierno federal y del estado, no sea un argumento para dejarlos en el olvido de la próxima administración.

“Muchos tenemos familiares y conocidos más allá de nuestra comunidad y de nuestro Estado de Chiapas, no nos quedemos callados, pidamos que nos ayuden a dar a conocer la historia triste y dolorosa de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestras comunidades”, pidieron los religiosos.

La pobreza y el abandono de décadas, unido a la ambición por el dinero fácil, ha sido el caldo de cultivo que está desembocando en esta situación de desesperación, sufrimiento y muerte lenta de hermanos de la foranía Sierra, concluye el comunicado del obispo emérito de la Diócesis de Tapachula y los 15 sacerdotes.

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