Ciudad de México, 16 OCT.-Entre 2026 y 2028 el gobierno de Claudia Sheinbaum deberá pagar cerca de 20 mil millones de pesos, una deuda que le heredó la administración de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, por pago de bonos por el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, cuya construcción decidió cancelar, informó El Financiero.
Este miércoles ese diario recordó parte de los pesados compromisos fiscales que el gobierno recientemente finalizado, entre ellos el definido por una consulta popular hace seis años: detener la construcción de uno de los más ambiciosos proyecto del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Entre esos lastres financieros está el pago de dos de los bonos senior emitidos por la administración del tabasqueño, que se vencerán en 2026, el primero, y en 2028, el segundo. El vencimiento de la primera serie será en 2026, que son por 562 millones de dólares, unos 9 mil 500 millones de pesos, con una tasa de 4.25 por ciento.
La segunda serie de bonos, informa El Financiero, tendrán vencimiento en 2028, por 592 millones de dólares, unos 10 mil millones de pesos, a una tasa de 3.8 por ciento. En total, se trata de mil 154 millones de dólares, alrededor de 20 mil millones de pesos.
Esa cantidad provendrá de los recursos públicos y también de la Tarifa de Uso de Aeropuerto de la central aérea de la Ciudad de México. En todo caso, implica llevar recursos que deberían tener otros fines para pagar la no realización de una obra.
A esa cifra, informa El Financiero, se debe sumar el pago de los intereses del remanente de 3 mil 718 millones de dólares que están en los mercados financieros por el aborto del NAIM, que deberá ser de cuando menos 187 millones de dólares anuales.
Hace seis años, el 29 de octubre de 2018, aún como jefa de Gobierno de la Ciudad de México electa y tras la “consulta” sobre la cancelación del NAIM, Sheinbaum minimizó su impacto sobre las finanzas pública en nombre de una supuesta “democracia”.
“Hay que acostumbrarse a la democracia, y ya lo dijo el próximo presidente, el presidente electo, que no habrá daños a las inversiones, que se va a compensar todo lo que signifique y que habrá inversión en Santa Lucía. Yo no lo veo como crisis: es parte de la nueva democracia del país”, afirmó.
Entonces, Sheinbaum dijo que no se confrontaría con los opositores y consideró que los resultados de la consulta eran “un llamado a ver qué cambió en el país: cambiaron las cosas y se va a respetar el tema de los contratos”.