Centenares de habitantes de Tila, Chiapas, abandonan sus hogares tras seis días de asedio por parte de grupos delincuenciales, mientras elementos de la Guardia Nacional resguardan la zona. Familias enteras huyen de la violencia, llevando a sus ancianos y menores de edad, corriendo con lo poco que pueden cargar para subir a las camionetas y escapar de las agresiones.
Los pobladores de la región fronteriza con Tabasco han solicitado apoyo al gobernador chiapaneco y a las autoridades federales para detener al Grupo Autónomo, en pugna con Los Karma por el control de la región.
Las bandas delincuenciales someten a los pobladores, exigiendo pago de derecho de piso por viviendas y negocios. A pesar de las denuncias desde 2018, la respuesta del gobierno ha sido enviar elementos del Ejército o la Guardia Nacional como observadores.