Ciudad de México, 13 JUL.-Senadores de Estados Unidos lanzaron esta semana una proyecto de ley para fortalecer la cooperación antinarcóticos de la Dirección Nacional de Inteligencia con el gobierno de México e identificar riesgos de contrainteligencia.
Presentada por John Cornyn, senador republicano por Texas, y Mark Kelly, demócrata por Arizona, la iniciativa de Ley para el Fortalecimiento Antinarcóticos ordenaría a la Dirección de Inteligencia Nacional (DNI) presentar al Congreso un plan de acción para mejorar la colaboración, coordinación y cooperación antinarcóticos entre Estados Unidos y México.
De ser aprobada, la ley dispone que el jefe de cada elemento de la comunidad de inteligencia deberá presentar a DNI “una descripción y evaluación de la relación directa del elemento de la comunidad de inteligencia con cualquier elemento del gobierno de México, incluyendo una evaluación de los riesgos de contrainteligencia de dicha relación”.
La contrainteligencia se refiere al conjunto de actividades y medidas que podrían desplegar los grupos criminales —incluidos sus potenciales cómplices— para proteger sus negocios ilícitos contra las operaciones de investigación gubernamentales.
Desde la llegada del presidente Trump a la presidencia de EU, en enero pasado, se han vuelto más visibles los trabajos conjuntos de inteligencia entre ambos países.
De hecho, el Ejército mexicano ha reconocido que algunas de las más recientes detenciones de narcotraficantes en Culiacán, Sinaloa, se debieron al uso de drones y otros vuelos de inteligencia de Estados Unidos para vigilar al crimen organizado en México.
El pasado 19 de febrero, cuando el gobierno estadounidense declaró a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, se incrementó el temor de operaciones encubiertas para combatir a las organizaciones criminales.
“Una vida inocente perdida a causa del contrabando de narcóticos ilícitos a Estados Unidos a través de México es demasiado”, declaró el senador Cornyn al presentar la iniciativa.
“Esta legislación garantizaría que nuestra Comunidad de Inteligencia aproveche la relación entre Estados Unidos y México para erradicar eficazmente a estos asesinos silenciosos y mantener seguros a los ciudadanos de ambos países”.
“Para ganar la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos y México deben colaborar contra los cárteles. Este esfuerzo conjunto con republicanos y demócratas hará que nuestro país sea más seguro al mantener las drogas fuera de nuestras calles mediante la colaboración de la Comunidad de Inteligencia con el gobierno de México”, expuso el senador Kelly.
El proyecto de ley pide a la oficina de Tulsi Gabbard, directora nacional de Inteligencia, una estrategia para fortalecer la cooperación antinarcóticos y la coordinación adecuada con cada elemento del gobierno de México con el que el elemento de la comunidad de inteligencia tenga una relación directa.
La iniciativa también pide a la DNI recomendaciones y una descripción de los recursos necesarios para “implementar de manera eficiente y eficaz la estrategia en defensa del interés nacional de Estados Unidos”.
La propuesta de Cornyn y Kelly se produce al mismo tiempo que, en tribunales de Chicago, se celebraba una audiencia en la que Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable de cuatro cargos graves de narcotráfico internacional y delincuencia organizada, como parte de un acuerdo con autoridades estadounidenses para convertirse en testigo colaborador.
Se teme que Ovidio Guzmán de a conocer información relativa a la supuesta complicidad de unos 300 personajes (políticos, militares, empresarios, etc) con la delincuencia organizada, principalmente con el Cártel de Sinaloa.
Asimismo, la Ley para el Fortalecimiento Antinarcóticos está en línea con las presiones del gobierno del presidente Donald Trump contra México, que ha puesto sobre la mesa la necesidad de apretar la lucha contra los cárteles de la droga, como condición para distensar las relaciones comerciales y retirar los aranceles a insumos y mercancías mexicanas.
Los diferentes centros de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos incluyen actividades de contraterrorismo, contrainteligencia y seguridad, contra la proliferación de armas, ciberseguridad y contra la influencia de naciones o grupos hostiles.