La captura de Leonardo Arturo Leyva, alias “El Carnal”, en Tuxtla Gutiérrez, reavivó las denuncias sobre el presunto pacto entre el gobierno anterior y el crimen organizado. Willy Ochoa, exgobernador interino de Chiapas, no se guardó nada: “Escandón entregó Chiapas al crimen organizado”, afirmó tajante durante una entrevista.
Leyva es señalado como operador clave de La Barredora, una organización delictiva con presencia en Chiapas, Tabasco y Veracruz. Ochoa aseguró que su detención no es un caso aislado, sino una muestra del sistema de protección que permitió que estos grupos actuaran con total libertad, mientras las autoridades maquillaban cifras y negaban la crisis de inseguridad.
“El pacto entre el poder político y el crimen fue evidente: mientras los ciudadanos eran asesinados o desplazados, los responsables se paseaban y pactaban en silencio”, denunció. Ochoa ha sido firme en señalar los vínculos entre la administración de Rutilio Escandón y células delictivas que operan en la frontera sur.
Aunque reconoció la reciente acción conjunta de fuerzas federales y estatales, destacó el papel del actual gobernador Eduardo Ramírez y del titular de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, por su voluntad de enfrentar la impunidad.
Finalmente, Ochoa pidió a la FGR investigar a fondo la red de complicidades que permitió que grupos criminales se fortalecieran bajo la sombra del poder: “No basta con detener a los operadores; hay que ir por quienes les dieron cobijo político y recursos públicos”.
