A Mi Manera, Por Rodrigo Yescas Núñez
Pues nada, que México vuelve a hacer historia. Este 1 de junio, mientras en otros países apenas discuten si los jueces deben ser más empáticos o si deben tomar cursos de derechos humanos, aquí decidimos que lo mejor es que los elija el pueblo sabio. ¿Quién mejor para decidir entre decenas de nombres impronunciables y perfiles desconocidos que un ciudadano que recibirá hasta 13 boletas en plena ola de calor?
Dicen que es un acto democrático sin precedentes, y es cierto: ningún país en su sano juicio se había atrevido a poner en manos de la ciudadanía la elección de todos sus jueces. Bolivia, medio lo intentó, pero se rajó a mitad del camino. Aquí, en cambio, vamos con todo. Y claro, no falta quien ya está preparando su acordeón electoral (que por supuesto es ilegal, pero muy práctico).
La reforma, obra magna de la Cuarta Transformación, promete acabar con la corrupción judicial. Porque, obvio, si el narco ya elige alcaldes, diputados y hasta gobernadores, ¿por qué no dejarle también unos jueces? Hay que ser incluyentes. Dios santo.
Los que más o menos le saben al tema dicen que ahora sí la 4T cargará con el costo de los jueces que salgan buenos, malos o con antecedentes penales. Pero bueno, que no panda el cúnico, porque ya sabemos que si algo sale mal siempre habrá un culpable: los neoliberales, Calderón, la prensa vendida o los adversarios moralmente derrotados.
El INE calcula que apenas votará entre el 8 y 15% de la población. Normal, considerando que la mitad de los ciudadanos no distingue entre un ministro de la Corte y un magistrado electoral, y que además los perfiles de los candidatos han sido un misterio digno de Expedientes Secretos X.
Eso sí, Sheinbaum asegura que esta elección devolverá el Poder Judicial al pueblo. Y puede que tenga razón: a ver qué pasa cuando algún juez electo con mil votos de ventaja decida exonerar a un líder criminal porque “es de la comunidad” o porque trae buenas recomendaciones.
Así que a disfrutar la jornada democrática, a llenar papeletas como si no hubiera un mañana y a esperar, con palomitas en mano, cómo funcionará un Poder Judicial que ahora podrá ser removido por el voto popular… o por el cártel más organizado. Nos vemos…
México, nunca cambies.