El Presupuesto federal de México para 2024 enfrentará presiones ante menores ingresos y más gastos, incluidos los destinados a las grandes obras insignia de la actual Administración, por lo que el siguiente Gobierno enfrentará dificultades fiscales, anticipó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«La próxima Administración enfrentará decisiones difíciles para adherirse a la senda fiscal de mediano plazo que está prevista», consideró el organismo en la declaración al final de su visita anual al País, con base en el Artículo IV del Convenio Constitutivo del FMI.
«La trayectoria fiscal prevista para 2024 es indebidamente procíclica. Las presiones presupuestarias derivadas de la disminución de los ingresos se ven agravadas por un aumento específico del gasto corriente (es decir, salarios, pensiones y gasto social) y un mayor gasto anticipado para completar proyectos emblemáticos de inversión», expuso el FMI.
Refirió que se espera un aumento del déficit a 5.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en un momento en que la economía está operando por encima de su potencial y la inflación aún no ha regresado a la meta del Banco de México (Banxico).
«Es probable que esto conduzca a una trayectoria más alta para las tasas de interés, una moneda más fuerte, una relación deuda/PIB más alta y una caída de la inflación más lenta de lo que sería el caso de otra manera», estimó el FMI.
En el caso de los apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex), consideró que deberían condicionarse a planes creíbles para mejorar los riesgos de viabilidad comercial de la petrolera estatal.
«Una mayor transparencia en las estadísticas fiscales mejoraría la rendición de cuentas. Las transacciones financieras realizadas por y entre entidades públicas (incluidos fondos fiduciarios, empresas afiliadas al Estado y corporaciones de desarrollo) requieren informes más sólidos y transparentes de los resultados fiscales que estén alineados con las prácticas contables internacionales», destacó.
El FMI expresó que un marco presupuestario de mediano plazo más sólido fortalecería la credibilidad de la política fiscal.
Además, el País requeriría medidas fiscales sustanciales de alrededor del 2.5 por ciento del PIB, en su mayoría relacionadas con el aumento de los ingresos no petroleros, que están significativamente por debajo de sus pares latinoamericanos y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El FMI elevó considerablemente su previsión de crecimiento económico para México en 2023, del 2.6 por ciento previsto en julio a 3.2 por ciento ahora, al destacar la fortaleza del consumo privado y los servicios, así como los repuntes en la construcción y la producción de autos.