CDMX.- Era la última oportunidad para ver el World’s Hottest Tour pero muchos no lo lograron.
Todo un calvario vivieron cientos de personas ayer intentando ingresar al Estadio Azteca para ver a Bad Bunny despedir su gira mundial. Como Osmar Jiménez, de 18 años y quien adquirió siete boletos en Ticketmaster para verlo con sus amigos.
Después de viajar siete horas desde Oaxaca hasta el recinto y de gastar más de 5 mil pesos en viáticos, atestiguó cómo todos sus compañeros entraban ¡menos él!
«Me comuniqué con ellos y me dijeron que mi asiento sigue sin ser ocupado. Aquí, en las taquillas, no me dieron ninguna solución, sólo me confirmaron que mi boleto es legítimo, pero no saben decirme qué pasó», dijo en entrevista.
El fanático presentó todo lo que la empresa requería: número y tarjeta con la que pagó la entrada, número de orden e identificación oficial. Nada sirvió: se quedó afuera.
Fue parecido el caso de Braulio Rodríguez. Acompañado por su novia, volaron de Guadalajara para presenciar las dos fechas. El viernes entraron al Azteca y dijo que fue una experiencia grata.
Pero ayer, la decepción: en la entrada le comunicaron que sus boletos ya habían sido utilizados, uno a las 16:00 horas y el otro a las 17:30, cuando ellos aún no arribaban al lugar.
«Hemos gastado unos 20 mil pesos en total, porque llegamos el miércoles. Hice la compra de la segunda fecha en un ‘restock’ que hizo Ticketmaster el 30 de noviembre. Los boletos son digitales y estaban en mi cuenta, no había forma de que alguien más tuviera acceso», indicó.
Gente lo acompañó hasta la taquilla del Azteca para verificar que le brindaran atención, pero el encargado sólo le confirmó que su número era válido.
«Pues está bien, mi amigo, pero te lo escanearon mal. Disculpa que no pueda ayudarte más», le dijo el taquillero.
Valeria, Evelyn y Miriam viajaron de Pachuca a CDMX con boletos que compraron en Facebook, por reventa. Luego de formarse en la fila, al intentar pasar al estadio les dijeron que sus entradas ya habían sido utilizadas. Cada una pagó 2 mil 900 pesos por su ticket, cuyo precio original era de mil 300 pesos.
«Lo compramos hace seis meses, hemos gastado un buen de dinero. La persona que nos los vendió tenía referencias, incluso del concierto de ayer (viernes) nos mostró referencia. Hoy ya no nos contesta», aseguró Valeria.
Las adolescentes, de 19 años y que viajaron solas a la capital, recurrieron a la reventa al no alcanzar lugar en la web de Ticketmaster.
«Estábamos muy lejos en la fila virtual y después de horas en ella se acabaron. En serio queríamos verlo, por eso lo hicimos», comentó Miriam.
Además, contaron que dos de sus amigas, que compraron con el mismo revendedor, lograron entrar.
Otra decepcionada fue Yaneli Rodríguez, una joven que junto con su esposo, Pablo, compró tres entradas en preventa, a 3 mil 800 pesos cada una, para sorprender a su hijo, Gael, por su séptimo cumpleaños. Pero los sorprendidos fueron ellos, cuando al llegar a la puerta, y tras cinco horas en la fila, les dijeron que los boletos no eran válidos.
«Me dijeron que no pasaba, me revisaron dos veces los boletos y me pidieron que me saliera. Lo volví a intentar y pasé del otro extremo. Cuando me lo escanearon, entre ellos comentaron que era un problema que marcaba la máquina.
«Le gusta mucho Bad Bunny y era su regalo de cumpleaños. No le habíamos dicho porque era sorpresa, pero no pudimos pasar», comentó Yaneli intentando consolar a su hijo, que era un mar de lágrimas.
Agregó que pidió ayuda a los auxiliares de Profeco, pero que éstos la orientaron a solucionar su problema en la taquilla o sumarse a la demanda colectiva que prevén presentar contra Ticketmaster.
Los funcionarios de la Procuraduría Federal del Consumidor no quisieron dar detalles de la cantidad de gente que había solicitado su ayuda. Aseguraron que no estaban autorizados para compartir ningún tipo de situación, pero confirmaron que ordenarán a la empresa reembolsar el costo total de cada boleto legal, más 20 por ciento extra de indemnización, a los afectados.