A mi Manera, por Rodrigo Yescas Núñez
Cuando un periodista es atacado desde el poder, no es solo su voz la que se intenta silenciar: es el derecho de toda la sociedad a estar informada. Hoy, el caso de mi colega María José Díaz, objeto de señalamientos y descalificaciones por parte de Horacio Culebro Borrayas, presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), nos coloca frente a un espejo incómodo: el del uso del poder público para acallar la crítica.
Y es que es más que un pleito personal. Se trata de un funcionario que, desde una institución financiada con nuestros impuestos y que debería garantizar derechos, utiliza su cargo para golpear a una periodista. Y aquí está el verdadero peligro: si dejamos pasar estos ataques, legitimamos que el poder se convierta en verdugo de la libertad de expresión.
El periodismo en Chiapas ya carga suficientes riesgos: la precariedad laboral, la violencia en regiones donde informar cuesta la vida, la indiferencia de autoridades que solo recuerdan a la prensa cuando necesitan propaganda. Sumemos ahora el agravio de que, desde un organismo que debería ser aliado, se organizan ataques contra quienes exhiben corrupción.
Defender a María José Díaz no es un gesto de solidaridad gremial ni una cuestión de simpatías personales. Es defender el principio básico de la democracia: que los poderosos puedan y deban ser cuestionados. Si una voz crítica cae bajo la presión del Estado, mañana puede ser cualquiera de nosotros.
La marcha de periodistas en Tuxtla Gutiérrez es una señal clara: no nos quedaremos callados. Pero la responsabilidad va más allá de las redacciones; la sociedad debe entender que cuando se ataca a un periodista, se ataca su derecho a saber.
La CEDH no puede seguir siendo un aparato al servicio de intereses personales. Y Chiapas no puede permitir que con nuestros impuestos se financien linchamientos mediáticos desde el poder. Hoy, defender a María José es defendernos a todos. Mañana podría ser tu voz, la mía o la de cualquiera que se atreva a cuestionar al poder. Nos vemos…