Uno hasta el fondo, por Gil Gamés ·
Gil leyó en su periódico MILENIO la cátedra de Claudia Sheinbaum en una nota bien trabajada de Israel Navarro. Lo que hace la mano hace la tras: la jefa de Gobierno habló una hora y demostró que su gobierno es perfecto. Oh, sí. ¿Lo dudan? De que ella fue profesora universitaria y así se presentó en el Teatro Esperanza Iris: dos y dos son cuatro, cuatro y dos son la transformación del país. La acompañaba Martí Batres y su sonrisa, que se detenía a saludar a los asistentes: buenas tardes,soy la sonrisa de Batres.
Mario Delegado, o como se diga, caminaba de puntitas y farfullaba: aquí estaré muy pronto, seré ella, sí señor. Anjá, pero ahí estaba Omar Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, tremendo Harry el Sucio de la Ciudad de México, azote del hampa. Pobre Mario Delegado, nada será sino polvo enarenado (no corrijan, por favor).
Tristezas
Gil entristeció: “el día de hoy vamos a hacer un informe un poco diferente, voy a recordar mis épocas de profesora universitaria. Y decidí hacerlo un poco distinto para mostrar, explicarles directamente las distintas acciones que hemos desarrollado a lo largo de cuatro años de transformación de la ciudad”.
Gil recuerda que en su infancia había maestras que daban clases de seguridad, salud, educación y gobierno. Ah, ¿no se lo creen?, pues Gil tampoco, como no cree que Sheinbaum imparta clases. Nadie le ha explicado a Sheinbaum que las clases no son informes de gobierno, como no es lo mismo explicar la raíz cuadrada que las cuadradas raíces de la cuatroté. Dios de bondad.
Pues no se lo van a creer a Gil, pero la ovación en el Esperanza Iris fue apoteósica. Síu, síu, como lo leen. Todos felices y contentotes: la inseguridad mejoró, la educación disparó cohetones; la salud, Dioses, el paraíso de Copenhague. O sea, un gobierno perfecto. Pues vamos a abrazarnos y a felicitarnos y darnos un premio. ¿Usted se imagina a Claudia Sheinbaum como presidenta de México? Gil sí, y tiembla.
Bajo tres palos
¿Usted ha estado bajo tres palos? Gil tampoco, pero ha descuidado lo más importante, el torneo mundialista. Gil propone y Gamés dispone:
Francia es un ventarrón parnasiano que trae a Dembélé, Giroud y Mbappé, amo terrible de los intervalos a gran velocidad. Dieron cuenta de Polonia en una construcción francesa indestructible. Ah, el gran realismo francés: que venga Balzac y nos explique la vida. La migración ha logrado maravillas, la gran mayoría de estos extraordinarios jugadores vienen de padres y madres inmigrantes, qué mejor. El equipo francés se perfila para la final, considera Gamés.
Brasil arrasa en unos cuantos minutos. Al equipo de Corea le pasaron por encima en rápidos y furiosamente. Juegan bárbaros. Nada mejor que una final Brasil contra Francia.
Inglaterra no está como para que la dejen fuera, viene fuerte, rápida, impredecible.
Ah, los niños héroes españoles no saben tirar penales. Bueno, saben, pero esa tarde no supieron tirarlos. Ni pex.
Los portugueses despedazaron a unos guangos suizos. Y los argentinos, mañosos, esperan a Países Bajos. Por favor dejen todo lo que hagan y vean el comportamiento de los croatas.
Por cierto, una pesadilla del infierno tiene ya subvariantes en México. Uff.
Miren: “se han detectado cuatro casos de la subvariante ‘Pesadilla del infierno’, entre ellos un hombre y una mujer”. El Instituto Nacional de Medicina Genómica notificó la detección de casos de la subvariante comprometida como pesadilla del infierno.
Todo es muy raro, caracho, como diría Schopenhauer: “Para millones y millones de seres humanos, el verdadero infierno es la tierra”.