Primer Plano Magazine / Noé Juan Farrera Garzón. – La Ciudad Prehispánica de Palenque, ubicada al norte del estado de Chiapas, es uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo maya. Su nombre, «Palenque», significa en castellano «lugar cercado de una valla de madera o estacas». Esta antigua ciudad data del siglo III y se destacó como uno de los centros ceremoniales más notables de la civilización maya.
Palenque alcanzó su apogeo entre los siglos VI y VIII, durante los cuales su influencia se extendió por toda la cuenca del río Usumacinta. La ciudad fue un testimonio del poder y la grandeza de sus patronos mayas, demostrando su dominio a través de sus impresionantes construcciones y su profundo simbolismo religioso y político.
La técnica y la elegancia de las construcciones de Palenque, así como los relieves esculpidos con temas mitológicos mayas, atestiguan el genio creativo de esta civilización. Entre sus estructuras más destacadas se encuentran templos, palacios, plazas y tumbas, además de numerosas inscripciones jeroglíficas que narran su rica historia y cultura.
En reconocimiento a su valor histórico y cultural, Palenque fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Este reconocimiento internacional subraya la importancia de la ciudad no solo para México sino para la humanidad en su conjunto, preservando su legado para futuras generaciones.
Visitar Palenque es adentrarse en un viaje al pasado, explorando los secretos y maravillas de una civilización que dejó una huella indeleble en la historia. Cada templo, cada palacio y cada inscripción cuenta una parte de la historia fascinante de los mayas, invitando a los visitantes a descubrir y admirar la grandeza de este sitio arqueológico único.
Es sin lugar a dudas un lugar que tienes que conocer, caminar y contagiarte de la magia que se experimenta al estar dentro de sus edificaciones.
