Cien días de la Nueva ERA

Observatorio Solar, por Gonzalo Núñez ·

El reloj avanza y en menos de 72 horas, Eduardo Ramírez Aguilar rendirá cuentas a los chiapanecos sobre los primeros 100 días de su administración. Como cada seis años, este ejercicio se ha vuelto una tradición, pero esta vez la expectativa es alta. Los primeros resultados de su gobierno han generado confianza en la población, sobre todo en tres ejes clave: seguridad, salud y educación, todos ellos bajo el sello del Humanismo que Transforma.

Desde el primer minuto de su gestión, la prioridad fue la seguridad. La creación de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, adscrita a la Secretaría de Seguridad del Pueblo, marcó un cambio en la estrategia. Carreteras antes dominadas por el crimen organizado fueron retomadas por el Estado, permitiendo que transportistas, turistas y comerciantes recuperaran la confianza en la libre circulación. Los asaltos a plena luz del día, que se habían vuelto parte del paisaje, comenzaron a disminuir, y con ello, la actividad económica se reactivó en distintas regiones.

Sin embargo, la seguridad vial era solo una parte del problema. El tráfico de drogas seguía siendo una preocupación, particularmente en la capital y en zonas turísticas. La ofensiva contra el narcomenudeo no tardó en llegar, con operativos que desmantelaron puntos de venta y redes de distribución. Pero el golpe más significativo fue hacia dentro: al evidenciar la colusión de algunos elementos policiales con el crimen organizado, la administración tomó la decisión de depurar la corporación. La remoción de uno de los principales operadores del Grupo Pakal envió un mensaje claro: la lucha contra la corrupción va en serio.

Otro de los desafíos heredados fue el desabasto de medicamentos. Durante años, hospitales y clínicas del estado padecieron la falta de insumos, mientras los responsables aseguraban que los almacenes estaban llenos. La respuesta de Ramírez Aguilar fue contundente: recorrió personalmente las jurisdicciones sanitarias y ordenó la distribución inmediata de medicinas. Más allá del acto simbólico, su intervención derivó en una investigación de la Contraloría Estatal, alineada con la política de Cero Impunidad.

En el terreno educativo, el gobernador dejó clara su visión desde su toma de protesta: un pueblo que sabe leer y escribir tiene más oportunidades de desarrollo. En Chiapas, donde el analfabetismo sigue afectando a comunidades marginadas, nació el programa “Chiapas Puede”, que en su primera fase busca alfabetizar a poblaciones indígenas con el respaldo de instituciones federales, estatales y municipales, además de organizaciones civiles. La respuesta ha sido positiva, y el compromiso, palpable.

Pero quizá el anuncio más esperado fue la presentación del Plan de Desarrollo para Chiapas, un proyecto que sienta las bases del futuro del estado en cuatro ejes fundamentales: seguridad, alfabetización, rescate de microcuencas y turismo. Dentro de este marco, se han proyectado 124 obras estratégicas distribuidas en todos los municipios, con la visión de que cada inversión genere un impacto directo en la calidad de vida de la población.

Uno de los proyectos más ambiciosos es la construcción de la autopista “Ruta de las Culturas Mayas”, un corredor vial que conectará de manera eficiente distintas regiones del estado, impulsando el turismo y la actividad económica. Este anuncio ha sido recibido con entusiasmo, pues representa una inversión sin precedentes en infraestructura de transporte que por primera vez será de los chiapanecos y para los chiapanecos.

El mensaje de estos primeros cien días es claro: la Nueva ERA apuesta por un Chiapas más seguro, con mejor acceso a la salud y una educación fortalecida. Aún queda un largo camino por recorrer, pero los primeros pasos han sentado las bases de un gobierno que busca dejar huella en la historia del estado.

Y para fomentar el optimismo, recordemos aquella anécdota del candidato que llegó a una comunidad y prometió construir un puente. Un ciudadano le susurró al oído: “Pero aquí no tenemos río”. Sin titubear, el político respondió: “No se preocupen, también les pongo el río”.

Por el bien de Chiapas, esperemos que en esta ocasión, las promesas se cumplan sin necesidad de inventar ríos.

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