Carlitos Livingston
Tras el reciente rescate de 160 menores en una finca del Departamento de Santa Rosa, Guatemala, la secta ultraortodoxa Lev Tahor ha vuelto a ser objeto de preocupación en México. Las autoridades han emitido una alerta máxima en la frontera sur, específicamente en Chiapas, para evitar que los líderes del grupo ingresen al país. Esta medida es parte de un esfuerzo conjunto entre los gobiernos de México y Guatemala, liderado por Bernardo Arévalo, para frenar los movimientos de la secta, conocida por prácticas como discriminación, trabajo forzado y trata de personas.
En años recientes, Lev Tahor fue detectado en Tapachula, cuando menores de la secta fueron detenidos en la estación migratoria del municipio de Huixtla, lo que evidenció que esta región es un punto estratégico para su movilidad. García Villagrán señaló que el grupo conoce bien las rutas hacia México y podría intentar nuevamente cruzar por la frontera sur.
El activista Luis García Villagrán, del Centro de Edificación Humana (CDH) A.C., advirtió sobre el riesgo de que Lev Tahor intente reubicarse en Chiapas, estado donde ya han tenido presencia desde 1994. Según García Villagrán, este grupo ha sido expulsado previamente de municipios fronterizos como Unión Juárez debido a conflictos sociales. Sin embargo, Tapachula y Huixtla continúan siendo puntos estratégicos para su movilización debido a su cercanía geográfica con Guatemala y las conexiones previas que el grupo ha establecido en México.
Además de Chiapas, las autoridades temen que Lev Tahor intente llegar a otros estados del país donde han tenido asentamientos en el pasado, como Chihuahua y Durango. Sin embargo, la frontera sur sigue siendo un punto clave de vigilancia. La alerta máxima subraya la necesidad de redoblar esfuerzos para prevenir que el grupo vuelva a asentarse en el país, protegiendo así a comunidades vulnerables y evitando que se repliquen sus prácticas ilegales.
