El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuenta con un Biobanco único en su tipo habilitado en 2020 como un primer esfuerzo para hacer frente a la emergencia sanitaria por COVID-19 y el cual hoy realiza estudios para establecer planes de acción en las campañas de vacunación y conforma un acervo de muestras y datos biológicos de origen humano que puede ayudar al desarrollo de la investigación biomédica.
El doctor Esteban Muñoz Medina, encargado del Biobanco, señaló que entre el inventario se encuentran diversos agentes infecciosos, como las variantes de SARS-CoV-2 e Influenza, así como otros tipos de muestras como sueros, exudados faríngeos y nasofaríngeos, lavados broncoalveolares, líquido cefalorraquídeo, DNA y RNA e incluso cepas o células.
Actualmente, aquí se resguarda material biológico proporcionado por unidades médicas del IMSS de todos los estados, con la finalidad de acercar el campo clínico que éste ofrece a investigadores del Instituto y otras dependencias del país o el extranjero, como el Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica.
“La importancia de esta labor conjunta es que el IMSS, a través del Biobanco, aporta prácticamente el 100 por ciento de las muestras que procesa este Consorcio, lo que representa más del 30 por ciento de los genomas identificados en el país”, destacó el doctor Muñoz.
Asimismo, este acervo pretende contribuir al desarrollo de programas de evaluación de la calidad interna y externa en bancos de sangre y laboratorios clínicos, mediante la clasificación y análisis de muestras con técnicas de referencia, y la elaboración de paneles de evaluación
La capacidad de almacenamiento del Biobanco es de 130 a 140 mil muestras, dependiendo del tipo, y la mayoría corresponde a sueros obtenidos durante los primeros años de la pandemia y a las variantes que han circulado en el país.
“Una de las tareas fundamentales del Biobanco es generar la información necesaria en temas de salud para la toma de decisiones. “El contar con muestras disponibles para generar información en poco tiempo, aumenta el valor de los datos obtenidos”, dijo Muñoz Medina.
Este espacio, impulsado por la Dirección de Prestaciones Médicas (DPM), se ha convertido en el instrumento de apoyo para la comunidad científica; está conformado por un área de recepción, dos peines de trabajo donde las muestras se analizan con una inspección física, un área de refrigeración con cinco ultra congeladores que permiten resguardar muestras de todo tipo, un refrigerador de menos 20 grados centígrados y acceso a nitrógeno líquido para conservar cepas.
El lugar fue habilitado en 2020 en colaboración con la Coordinación de Investigación en Salud y la Coordinación de Calidad de Insumos y Laboratorios Especializados (CCILE) del IMSS.
“Es importante dar a conocer entre la comunidad científica y personal del Instituto que existe este espacio de recién creación y que estamos haciendo un esfuerzo por contar con un reservorio de altísima calidad para generar información que pueda ser útil para la comunidad científica y en beneficio de los derechohabientes y población en general”, señaló Muñoz Medina.